El alto comisionado para las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba, acudió ayer al Congreso de los Diputados para presentar su informe de gestión y se encontró con la más dura descalificación del Grupo Popular, cuya portavoz, Alicia Sánchez-Camacho, le acusó de "adormecer y acallar a las víctimas para que en una posible negociación con ETA no sean un obstáculo para el señor Zapatero".

Sánchez-Camacho acusó al Gobierno de "valorar más la negociación con ETA que la atención a las víctimas", y a Peces-Barba, de "dividirlas". Fundamentó sus imputaciones en el último párrafo de una carta que PecesBarba envió a los portavoces parlamentarios para presentarles su informe de gestión. El párrafo dice que no se puede dejar de actuar políticamente en favor de la paz "so pretexto de un respeto al derecho que en ocasiones puede no ser más que una coartada para que todo siga igual".

El alto comisionado se sintió "injuriado" por las acusaciones de la portavoz popular. "Si no fuera un oprobio, sería una vileza sacar la conclusión de que estoy haciendo un trabajo sucio para desarmar a las víctimas frente a una negociación que las deje en mala situación", le replicó. Aclaró que el párrafo citado aludía a las personas amenazadas y a la necesidad de evitar futuras víctimas, y aseguró que nunca va a tolerar medidas que sean humillantes o falten a la dignidad de las víctimas.

LA LEY DE SOLIDARIDAD El resto de portavoces respaldaron su gestión y se comprometieron a colaborar en la próxima mejora de la ley de solidaridad con las víctimas del terrorismo.