Con la ansiada liberación de los tripulantes del Alakrana , termina también la tregua que el PP y otros partidos de la oposición han concedido al Gobierno en las últimas horas para no criticar su gestión del secuestro. Los populares, escudados en esta ocasión principalmente por el PNV, preparan ya sus armas políticas y parlamentarias para asaltar a un Ejecutivo que, según la opinión expresada por la mayoría de los grupos, ha cometido fallos descomunales a lo largo del camino andado para resolver la crisis. "Hoy por ayer sentimos la alegría de todos los españoles de poder contar con ellos entre nosotros pero, una vez que están sanos y salvos, nuestra obligación será exigir al Gobierno responsabilidad por cómo empezó este secuestro, por cómo se ha gestionado y por todo lo que hay que hacer para evitar que casos como el del Alakrana vuelvan a suceder en nuestro país", apuntó ayer en un comunicado la portavoz del PP en la Cámara baja, Soraya Sáenz de Santamaría.

Por su parte, el líder del partido conservador, Mariano Rajoy, se limitó ayer a expresar su alegría por el feliz desenlace del último episodio pirata, aunque confirmó que, a partir de hoy, empezará a decir lo que piensa de la actuación del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero, sin paños calientes. Anuncios similares hicieron el portavoz del PNV, Josu Erkoreka --que preguntará hoy al presidente por esta cuestión en la sesión de control en el Congreso-- y el de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Algo de la ofensiva que está por llegar debía olerse la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega que, ayer, durante la rueda de prensa en la Moncloa, espetó: "El Gobierno siempre está dispuesto a hacer autocrítica. Pero aquí hay unos responsables: los piratas".