"Es la economía. El líder del PP Pablo Casado recuperó el lema que le valió a Bill Clinton la presidencia de Estados Unidos en el 92 para centrar la campaña de las generales del próximo 10 de noviembre. Un tema del que, aseguró, "otros partidos no quieren hablar", pero en el que los populares parecen sentirse cómodos a cuenta del famoso milagro económico que implantaron, dijo, tras etapas catastróficas de los socialistas al frente del gobierno. España no se puede permitir otra crisis económica, los españoles no soportarían otra crisis gestionada por los socialistas, azuzó en Córdoba en la inauguración de la convención económica del partido conservador.

De nada sirve que el cerebro de esas recetas, Rodrigo Rato, esté ahora en prisión. Él fue al único al que Casado no mencionó. Los logros, sacó pecho, fueron del partido, sus valores, su equipo. Si fuimos capaces de hacerlo, lo volveremos a hacer de nuevo, insistió. Si hay buena gestión, se equilibran las cuentas y se reducen los impuestos, lograremos el bienestar social porque se activará la economía y el consumo, subirá la inversión y aumentará el empleo, resumió.

El planteamiento del líder del PP fue que, al igual que ocurrió con José Luis Rodríguez Zapatero, el actual jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, trata de tapar que se avecina una nueva crisis. De hecho, comparó las afirmaciones del líder socialista entonces, con los brotes verdes o la economía de Champions League con los recientes comentarios de Pedro Sánchez en su visita a Estados Unidos para intervenir en la cumbre de la ONU, donde se presentó ante los inversores de Wall Street como un político pro-bussines.

Frente a esas declaraciones, Casado reivindicó a los Gobiernos de José María Aznar y Mariano Rajoy, cuyos equipos económicos asistieron casi en pleno faltaron Luis de Guindos y Cristóbal Montoro-- a esta convención sectorial. Con sus reformas macroeconómicas, presumió el líder popular, lograron revertir la reducción de empleo y dejar unas cuentas saneadas. Señaló al primero como el artífice de la gran revolución social al crear empleo femenino y para los jóvenes, frente a un Felipe González cuyo balance de creación de empleo neto, aseguró, fue cero. El líder del PP presumió también de Rajoy, quien frente a los tres millones de desempleados que encontró al llegar a La Moncloa, fue capaz de crear una media de 2.000 empleos diarios y evitó el rescate. Tras eso, Casado atribuyó a la inercia las cifras económicas de los primeros meses de Sánchez en el poder, poniendo el acento en que España ya lleva siete meses seguidos de destrucción de empleo. De las rentas se puede vivir un tiempo, subrayó.

Así, resumió, el balance de Sánchez es la recuperación frustrada, una etapa que calificó como de bloqueo político, estancamiento, incertidumbre y crisis. La recuperación que dejarán es la historia de una gran frustración a la que hay que poner solución, insistió. Con una puesta en escena muy americana, paseándose por un escenario donde se iban proyectando macrocifras económicas y estadísticas, todas a la baja salvo el paro, Casado apuntó que el líder socialista ya reconoce una crisis que ha negado hasta la extenuación y que son incapaces de evitarla. Es gravísimo, dijo.

Como respuesta a esta crisis, Casado propuso soluciones muy identificables con los gobiernos del PP en las comunidades autonómicas o en anteriores etapas al frente del Ejecutivo central. Como ya hiciera en la pasada campaña de las generales en el mes de abril, volvió a prometer una bajada de impuestos, defendió la flexibilidad laboral y apostó por la formación, la mejora de la competitividad empresarial y la eliminación de trabas administrativas.