Al quedar el PP balear sin opción de gobierno, el imprevisto abandono político de Jaume Matas ha precipitado la crisis interna en el partido, donde ya se ha iniciado la carrera de la sucesión. Matas mantendrá la presidencia del PP hasta el próximo congreso, que se celebrará, en principio, tras las elecciones generales del 2008. Sin embargo, ya ha cedido la batuta a Rosa Estaràs, exvicepresidenta de Matas, que ejercerá como portavoz de la oposición y coordinadora del partido en la transición.

Días atrás recibió el respaldo de la dirección central, en la persona de Angel Acebes, que se desplazó de urgencia a Palma y tuvo su inmediata réplica del partido en las islas. Su portavoz, Miquel Ramis, señaló que la conducción del PP será "compartida" por Estaràs y el secretario general, José María Rodríguez, tocado por el caso Andratx.

Para muchos, Estaràs es corresponsable del desahucio institucional del PP por la dura campaña que protagonizó como candidata al Consell de Mallorca contra Unió Mallorquina (UM) y su presidenta, Maria Antònia Munar, que ahora ha decidido cambiar de aliados.

VIDAS PARALELAS La vida política de Matas (50 años) y Estaràs (41) ha discurrido en paralelo. Ambos accedieron al Govern de la mano de Gabriel Cañellas a principios de los 90 y su ejecutivo de jóvenes profesionales, que le permitió retirar a la vieja guardia. Tras perder la primera mayoría absoluta en 1999, ambos hicieron carrera en Madrid: él como ministro de Medio Ambiente y ella como diputada en el Congreso.

Tras la primera legislatura progresista en las islas (1999-2003), Matas y Estaràs reconquistaron el feudo balear pero malograron la segunda mayoría absoluta el 27-M. Los dos se vieron salpicados por el caso Formentera, donde los tribunales han descartado su participación y centran en escalas funcionariales la investigación sobre la presunta trama de captación de votos para el PP en América Latina.

TOMA DE POSICIONES Además de Estaràs, en el PP balear toman posiciones otros dirigentes con sensibilidades divergentes. Por un lado, Pere Rotger, alcalde de Inca, presidente del PP de Mallorca y vicepresidente segundo del nuevo Parlament. Representa al PP más nostro, más autonomista, junto a otros valores de la Mallorca rural, como Jaume Font, que fue inhabilitado por hacer votar muertos en el pasado y que acaba de dejar la cartera de Medio Ambiente.

En el otro extremo se sitúa Carlos Delgado, alcalde de Calvià y máximo exponente de la derecha españolista, que pretende encabezar lo que denomina "la nueva Mallorca". Tanto Rotger como Delgado gozan de mayorías absolutas en sus respectivos municipios y, por diferentes razones, han mantenido desencuentros importantes con Matas.

En estos momentos, Rotger, que ya ha iniciado contactos discretos por los pueblos, disfruta de mayor apoyo de las bases y está en mejor disposición para reconstruir puentes con UM. Delgado, que se acaba de subir el sueldo un 50% para situarlo al nivel de sus homólogos de Madrid y Bilbao (90.000 euros anuales) y ha nombrado 40 asesores, presume del éxito de su línea dura contra sus exsocios nacionalistas, a los que su mayoría absoluta ha mandado a la oposición.

MAS EN LA DISPUTA Otro hombre fuerte del PP que pretende disputar la sucesión es Joan Flaquer, exconseller de Turismo. Sus aspiraciones podrían verse frustradas por arrastrar el caso Rasputín: la visita a un club de alterne moscovita con fondos públicos que archivó la Justicia.