El PP busca amedrentar a Baltasar Garzón. A tal efecto, ayer registró en la Audiencia Nacional dos escritos: el primero, solicitando personarse como acusación particular en el sumario sobre la trama de corrupción supuestamente ligada al partido; el segundo, para recusar al juez.

A su juicio, los populares merecen ser parte en esta instrucción porque el secreto sumarial les deja "indefensos", al ignorar de qué se les puede acusar. Además, exigen que Garzón deje la causa por estimar que les profesa una "enemistad manifiesta". Como prueba de cargo alegan que en las generales de 1993, hace ya 16 años, Garzón fue el número dos de la lista que encabezaba Felipe González.

Los conservadores se postulan como acusación particular para así tener acceso al sumario que, según uno de sus autos de prisión, podría señalar a funcionarios y autoridades madrileños y valencianos por haber obtenido "dádivas y sobornos".

Garzón tendrá que decidir en las próximas horas si acepta o no que el PP ejerza de acusación particular en el caso. Si se niega, el intento de recusación contra él quedará igualmente desactivado. Pero si lo aceptara sería una sala de la Audiencia la que finalmente se pronunciaría sobre la idoneidad del juez para seguir investigando esta trama.

Entretanto, los populares seguirán explotando la cacería en la que Garzón coincidió el pasado fin de semana con el ministro de Justicia. Sugieren que fue ahí donde se fraguó una trama "no del PP, sino contra el PP". El líder de los populares, Mariano Rajoy, preguntará por este asunto a José Luis Rodríguez Zapatero el miércoles en el Congreso. Asimismo, exige una investigación al respecto en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

De hecho, en el escrito de recusación, los populares sacan a colación otra cacería en la que Garzón aceptó unirse al PSOE. "Tras una reunión también campestre, en la finca Quintos de Mora, y oficiando como intermediario el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, ... Garzón acordó con Felipe González su inclusión como número dos en la candidatura del PSOE por Madrid", recuerdan. Lo que no añaden es que Garzón dejó el Gobierno pocos meses después para reabrir un sumario que había dejado en suspenso y que acabaría dando la puntilla al felipismo: el de los GAL, la guerra sucia contra ETA.

PETICION DE MESURA El PP va encontrando, poco a poco, réplica a su discurso. Ayer, la fiscalía aclaró al partido que las filtraciones a la prensa no provienen del sumario de Garzón, sino de la denuncia que impulsaron exediles del PP. Por su lado, Zapatero aconsejó mesura y afeó la conducta a los populares: "La exageración es tan evidente que no se compadece en un duelo democrático", enfatizó.