Tras las elecciones del 9 de marzo, el PP sigue siendo el principal partido de la oposición. De hecho, cuenta con más votos y escaños que en la anterior legislatura. Pero desde que se constató su segunda derrota consecutiva en las urnas, este partido parece estar cerrado por reforma interna, aún por hacer. Nadie sabe, nadie opina, nadie marca posición en los temas del día. O casi nadie. La mayoría opta por callar para no decir algo inapropiado que pueda conllevar, en tiempos revueltos, no salir en la foto del nuevo equipo de dirección.

Esa incertidumbre explica que, mientras los socialistas ocupan a diario grandes espacios en los medios con sus noticias sobre inminentes nombramientos o alianzas, los populares renuncien a reaccionar ante cuestiones de actualidad o lo hagan con retardo. Así, la secretaría ejecutiva de economía remitió ayer un comunicado a los medios sobre unos datos del Instituto Nacional de Estadística acerca de graves problemas para el sector inmobiliario, que ya se habían hecho públicos el martes.

En rueda de prensa en el Congreso, también ayer, se le preguntó al portavoz en funciones Eduardo Zaplana por asuntos como las balanzas fiscales. Pero no respondió. Según señaló, su compromiso con el PP pasaba, únicamente, por reunirse con el socialista José Blanco y por fijar la posición de los populares en torno a la composición de la Mesa de la Cámara. Nada más. Del resto, se ocupará su sucesor en la portavocía, que será designado el próximo lunes en la retrasada y esperada Junta Directiva Nacional del Partido Popular.

Según reza en la convocatoria de esa junta, en la reunión quedarán apuntados los portavoces de Congreso y Senado, además de los cargos de las Mesas de ambas cámaras. Rajoy quiere también sentar las bases del cónclave que se celebrará en junio y en el que optará de nuevo a la reelección como presidente y candidato del PP a la Moncloa.

Se da por hecho que designará al responsable de la comisión organizadora de ese congreso y de sus ponencias. Para algunos de sus colaboradores, los elegidos para las citadas tareas serán "pistas clave" para deducir el futuro equipo directivo de Rajoy.

CANDIDATA ESPONTANEA Y mientras Rajoy preparaba esa junta directiva, María Cristina de Castro entraba en escena. Se trata de una espontánea, afiliada al PP desde el 2004, que ha decidido intentar presentar candidatura alternativa a la de Rajoy.

Lo que de momento no pasa de anécdota --no es fácil lograr los avales necesarios--, fue recibido con sonrisas por algunos populares como Zaplana o Alberto Ruiz-Gallardón, que dejaron claro su respaldo a Mariano Rajoy.

Rajoy no dará claves hasta el lunes para evitar filtraciones. Lo que tendrá más difícil de controlar serán las quinielas que elaboran sus propios compañeros sobre el nuevo portavoz del Congreso. Algunos de los nombres que suenan son los de los valenciano Esteban González Pons, Juan Costa y José María Michavila, además de Soraya Sáenz de Santamaría y Manuel Pizarro.