El PP ultima los detalles de su desembarco en Navarra. Ayer estuvo reunido el equipo de organización del partido --que dirige Ana Mato-- para prepararlo. Lo primero y menos complicado, buscar local en Pamplona. Lo segundo, elaborar una lista de candidatos a integrar la gestora que refundará el partido conservador en esta comunidad.

"Hemos recibido llamadas de miembros significativos de UPN que no esperábamos, dispuestos a incorporarse", aseguraron anoche fuentes populares, que añadieron que van a contar con políticos y algún destacado representante de la sociedad civil. ¿Y el exdiputado Jaime Ignacio del Burgo? Pues, según las fuentes citadas, tendrá un papel importante, aunque "no está previsto que sea la cara visible" del nuevo PP navarro.

Pero UPN no da credibilidad a lo que, hoy por hoy, considera faroles de los populares. Los foralistas creen que el número de posibles desertores es "muy limitado". Sí dan por hecho que, además de Del Burgo, puedan irse a las filas populares el diputado Santiago Cervera --que votó con el PP en el debate de presupuestos-- o los senadores José Cruz Pérez Lapazarán y José Ignacio Palacios. Además, el equipo del presidente de UPN, Miguel Sanz, empieza a verle el lado positivo al divorcio: se sienten capaces de buscar, con más "libertad", entendimientos tanto con el PP como con el PSN.

Sanz se paseó ayer por varios medios de comunicación para ofrecer su versión de la ruptura. Según dijo, tiene "la conciencia tranquila", pese a que dirigentes del PP le acusan de haber diseñado toda una estrategia para alejarse de los conservadores. Ante esto, Sanz se manifestó "muy dolido" y reprochó a los populares que hayan considerado a UPN una fuerza "de segunda, menospreciando su autonomía". Está claro que Sanz no va a dar marcha atrás. Ya habla abiertamente de acuerdos con los socialistas, aunque sostiene que serán puntuales y no de gobierno.