El PP puso el grito en el cielo cuando el presidente de la Federación Estatal de Municipios y Provincias (FEMP), el socialista Pedro Castro, descalificó a los votantes populares. Esperanza Aguirre encabezó la ofensiva contra el también alcalde de la localidad madrileña de Getafe, y los populares anunciaron que dejarían la FEMP si Castro no dimitía. Pero ayer, en una cita extraordinaria de la ejecutiva municipalista, las amenazas se diluyeron: los alcaldes del PP seguirán la FEMP, pero no irán a las reuniones que presida Castro. Cuando el primer edil getafense tachó de "tontos de los cojones" a los votantes del PP, los conservadores exigieron inmediatamente su dimisión.

Pero ayer, tras ratificar Castro que no renunciará a la presidencia de la FEMP, los populares dieron un paso atrás: anunciaron que no abandonarán la institución, sino a su máximo responsable. ¿Y eso qué quiere decir? Pues que el PP no participará en ninguno de los órganos que dependen directamente de Castro --la comisión ejecutiva, la federal y el consejo territorial de la FEMP--, pero sí en el resto.

Según aclaró el vicesecretario de política autonómica y local del PP, Javier Arenas, los ediles populares tampoco acompañarán a Castro en sus comparecencias públicas, ni en delegaciones en visita a otros países, ni en reuniones con representantes de otras administraciones. "A partir de ahora, hay un presidente de la FEMP que no representa al municipalismo español", sentenció Arenas.

MALESTAR La solución de último momento le fue comunicada ayer por la mañana a Aguirre. La presidenta se comprometió a acatarla, aunque no le gustó en absoluto porque ella había insistido una y otra vez en que el Partido Popular forzaría la dimisión de Castro, marchándose de la FEMP si era menester.

Eso sí, ayer Aguirre dejó claro que no desautorizará a los alcaldes madrileños que, como el de Alcobendas, se comprometieron a dejar la Federación. Así, una vez que se se supo que el responsable de la federación municipal contaba con el respaldo de PSOE, CiU, PAR e IU para seguir en el cargo, los populares dieron a conocer su postura. El resto de los partidos les demandaron una vuelta a la normalidad, ya que Castro ha pedido perdón varias veces por su error.

NUEVAS DISCULPAS Ayer lo volvió a hacer. "Me siento profundamente apenado por ser el autor de esas palabras, que de ningún modo expresan el respeto que a lo largo de toda mi vida política he tenido y tengo hacia los valores democráticos y el pluralismo", apuntó.

El PP, sin embargo, cree que no basta con un lo siento . Por ese motivo, quiere el cese de Castro. Aunque, tras el cambio de criterio de última hora, ha decidido que no a cualquier precio.