El PP no encuentra tiempo para darse un respiro. Tras una semana negra para los conservadores, en la que se han conocido con detalle las irregularidades de la gestión de Jaume Matas en Baleares, el partido de Mariano Rajoy afronta ahora el levantamiento del secreto sumarial de 50.000 folios relacionados con la trama Gürtel. El juez que instruye el caso en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Antonio Pedreira, facilitará a las partes una segunda entrega sobre la investigación. El pasado octubre ya se dieron a conocer otros 17.000 folios, que incluían las conversaciones entre algunos acusados y sus abogados, grabadas por orden del magistrado Baltasar Garzón --que se inhibió en favor de Pedreira-- y anuladas posteriormente por el TSJM, que estimó que se había vulnerado el derecho de defensa.

En la cárcel siguen los tres principales acusados: Francisco Correa --considerado el cabecilla de la trama--, Pablo Crespo y Antoine Sánchez. Hay unos 80 imputados, entre ellos varios diputados autonómicos, concejales y exconcejales, así como el exconsejero de Deportes madrileño Alberto López Viejo. Los folios que se darán a conocer incluyen las declaraciones de Correa, Crespo y Sánchez ante Pedreira y también las comisiones rogatorias ordenadas para conseguir información sobre cuentas bancarias o empresas pantalla en el extranjero que supuestamente emplearon algunos de los imputados.

La parte de la investigación que afecta al extesorero del PP y todavía senador Luis Bárcenas y al diputado Jesús Merino, que tramita el Tribunal Supremo por tratarse de aforados, seguirá bajo secreto como mínimo hasta el próximo 17 de abril.

ESTRECHA RELACION Las primeras 17.000 páginas de las actuaciones revelaron una estrecha relación entre Correa y dirigentes del PP en época de su anterior líder, José María Aznar. De la investigación se dedujo que Correa, en colaboración, entre otros, con Alvaro Pérez, el Bigotes, logró adjudicaciones de administraciones públicas controladas por el PP y las cedió a una empresa a cambio de comisiones, que se repartieron los actores del negocio. En una conversación grabada, el Bigotes afirmó sobre el presidente autonómico: "Lo que Francisco Camps quiere es una foto con Obama".