El comité de dirección del PP decidió, en su reunión del pasado lunes, apretar las tuercas al Gobierno por sus relaciones con Cuba, aprovechando un momento tan sensible como el de la muerte del disidente Orlando Zapata. Unas horas después de que terminara esa minicumbre popular, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco hacía público un auto en el que, entre otras cosas, asegura tener pruebas de que el Gobierno venezolano ha favorecido la connivencia entre ETA y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Con este panorama, Mariano Rajoy dio instrucciones a su partido para que, además de fustigar al Ejecutivo por sus "complacientes" relaciones con el régimen cubano, buscara máxima tensión con el asunto de Venezuela: ayer fue el propio Rajoy, desde Soria, quien reclamó que se convoque inmediatamente al embajador venezolano en Madrid para obtener una explicación sobre lo acaecido.

"El Gobierno debe llamar al embajador de Venezuela en España para que nos dé las explicaciones debidas al conjunto de los españoles. Este asunto no se puede resolver con una salida de pata de banco como la de Hugo Chávez", sentenció. Rajoy se refería así a las llamativas palabras con las que Chávez trató de justificar, ante sus conciudadanos, la denuncia que llegaba desde España por una supuesta colaboración con ETA: "Eso son restos todavía, tristes restos, de las antiguas cadenas que algunos quisieran colgarnos de nuevo aquí al cuello, pero nosotros somos libres. La Audiencia Nacional sería capaz de considerar terrorista incluso al libertador Simón Bolívar", enfatizó.

En cualquier caso, Chávez se ha comprometido con el ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, a investigar si algún cargo intermedio de su Administración ha favorecido a los etarras asentados en Venezuela. Y a informar al Ejecutivo español de sus pesquisas.

"AMISTADES PELIGROSAS" Pero el PP no está dispuesto a esperar tanto para cargar las tintas contra el Gobierno. Especialmente con un tema que resulta muy suculento, ya que lleva años advirtiendo a los socialistas de que sus "amistades peligrosas" con Chávez o el cubano Fidel Castro acabarían por crear "muchos problemas". La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ha pedido la comparecencia de Moratinos, alegando que le toca al Gobierno explicarse y revelar "qué medidas va a tomar" respecto a Venezuela y Cuba. Rajoy tampoco quiere dejar pasar la oportunidad de hacer pagar a Zapatero su acercamiento al régimen castrista.