El PP se niega a desvelar todavía qué precio pagará a Vox por los apoyos que le han permitido arrebatarle la alcaldía de Madrid a Manuela Carmena. Fuentes del partido conservador confirman lo que adelantaban ya los ultras este sábado: que la fuerza de Santiago Abascal se cobrará los votos en el ayuntamiento de la capital en juntas de distrito, es decir, haciéndose con el control de determinados barrios. Los populares, sin embargo, no concretan. Este domingo el nuevo alcalde, José Luis Martínez-Almeida, firmó el decreto de formación de su Gobierno en el que no incluye, de momento, cargos para Vox, y por lo tanto no se sentarán en la primera reunión del nuevo Ejecutivo, este lunes. Los radicales parecen haber aceptado quedarse sin concejalías pero amarrar poder en escalafones inderiores, menos visibles, y han dado veinte días al PP para que les detalle sus funciones. Es ahí donde, previsiblemente, los radicales recibirán su recompensa. "Lo iremos viendo en los próximos días", asumió el primer edil.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, salió este domingo a defender el controvertido acuerdo con los ultras y argumentó que le parece "lógico" que participen "en cuestiones de gobierno" que no llegó a desgranar. "Vox es necesario en la ecuación y, por tanto, hay que contar con él" en los pactos que se han firmado y a los cuales no se les puede poner "ni un pero", opinó. Es el mismo relato que enarboló Martínez-Almeida en su primer discurso como alcalde, cuando amparó el acuerdo con Vox a que todo lo suscrito está dentro del ordenamiento jurídico.

Vox viene defendiendo que su presencia en el ayuntamiento de Madrid debe ser "proporcional" a los apoyos que dieron al alcalde, que necesitaba por lo menos tres de los cuatro regidores ultras para arrebatar la vara de mando a Carmena, pero ese precio a pagar por los conservadores sigue estando en la sombra. Aunque algunas fuentes apuntan a que Javier Ortega Smith podría hacerse con los barrios de Salamanca, Chamberí y Usera, esta información no ha sido confirmada oficialmente por ninguno de los partidos.

A la espera de que se concrete el pago a Vox, la formación del nuevo ayuntamiento de Madrid otorga al PP cinco áreas de gobierno (Cultura, Turismo y Deporte-Andrea Levy-; Portavocía y Seguridad; Medio Ambiente y Movilidad; Hacienda y Personal; Obras y Equipamientos) y doce juntas de distrito (previsiblemente algunas de estas últimas serían entregadas a Vox). Ciudadanos obtiene cuatro áreas (Vicealcaldía-Begoña Villacís-; Desarrollo Urbano; Economía y Empleo; Familias e Igualdad) y nueve juntas de distrito.

Poco antes de conocerse este reparto, la excalcaldesa (75 años) anunciaba su retirada de la primera línea de la política. Este lunes presentará su renuncia al acta de regidora. Cuando llegó al ayuntamiento, en 2015, su intención era asumir solo una legislatura, pero Pablo Iglesias e Íñigo Errejón la persuadieron ahora hace un año para que se volviese a presentar.

Molesta con la actitud del secretario general de Podemos, que intentó colocar en los primeros puestos de la lista a sus afines, Carmena fraguó su entente con el exnúmero dos en una marca de nuevo cuño, Más Madrid. Fue la formación más votada en el ayuntamiento, con 19 concejales, pero un resultado insuficiente puesto que con los 9 obtenidos por el PSOE no podían hacer frente a la suma de PP, Cs y Vox. Ahora, la marcha de Carmena deja en el aire el liderazgo del hetereogéneo grupo de Más Madrid en la capital.