El dedo del presidente del Gobierno ha apuntado a la vicepresidenta Elena Salgado y al ministro José Blanco como valores en alza al situarlos en la comisión para el gran pacto anticrisis, y al PP le ha faltado tiempo para hurgar en la herida de quienes se supone cotizan a la baja. Los conservadores ignorarán por vez primera a la vicepresidenta De la Vega en la sesión de control del Congreso del miércoles, al renunciar a formularle ni una sola pregunta y dirigir la más relevante a la titular de Economía.

De la Vega organizó, tras saber que iba a ser convidada de piedra en el hemiciclo, un viaje a Bruselas para asistir a "reuniones relacionadas con la presidencia Europea". "Si no tienen nada que preguntar a la vicepresidencia política será que comparten la línea política del Gobierno", afirmó.

La mano derecha de José Luis Rodríguez Zapatero parece cotizar a la baja. La mayoría de quinielas la sitúan como saliente en una próxima remodelación del Ejecutivo. Desde hace varios consejos de ministros, los periodistas la interrogan sobre su futuro político. "¿Siente envidia del exministro Solbes?", le preguntaron ayer. De la Vega sonrió y dijo que tiene "mucho, mucho trabajo" en la lucha contra la crisis.