El PP ya ha empezado a hacer sus cábalas ante la posibilidad, cada vez menos remota, de que la izquierda no pueda formar gobierno en la Comunidad de Madrid. Fuentes populares aseguraron ayer que, lejos de forzar una inmediata repetición de las elecciones en Madrid, el PP encargará a su candidata, Esperanza Aguirre, que al menos durante unos meses intente gobernar la autonomía con su exigua mayoría, siempre que no cambien de criterio los dos diputados que el martes desertaron de las filas del PSOE.

La popular Concepción Dancausa, flamante presidenta de la Asamblea madrileña gracias a la deliberada ausencia en la votación del martes de los socialistas Emilio Tamayo y Teresa Sáez, iniciará hoy la ronda de consultas entre los líderes políticos para verificar cuál de ellos cuenta con suficientes apoyos para ser investido presidente. Tras entrevistarse hoy con el líder de IU, Fausto Fernández, Dancausa recibirá al socialista Rafael Simancas y a la popular Aguirre. Pero, salvo que cambie radicalmente la situación, las cuentas ya están echadas: la dirigente del PP será la primera elegida para someterse a la sesión de investidura.

A LA ESPERA DE SUCESOS

Llegado ese escenario, fuentes populares aseguran que Aguirre no dará un paso atrás, sino que presentará su programa de Gobierno ante la Asamblea y esperará acontecimientos. Y ello aunque en el entorno del aún presidente madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, se prefiere una repetición electoral por estimar que, de lo contrario, el PP estaría aprovechándose de la defección registrada en las filas socialistas.

Como en la primera votación se requiere la mayoría absoluta de la Asamblea, Aguirre deberá aguardar a la segunda, en la que los 55 votos del PP serán suficientes para investirla presidenta, siempre que Tamayo y Sáez se abstengan, voten en blanco o se ausenten, como ya hicieron el martes. Sólo si los diputados expulsados del PSOE votaran contra Aguirre la izquierda alcanzaría las 56 papeletas necesarias para impedir que sea la presidenta.

La propia Aguirre recordó ayer que el PP, la fuerza más votada en las elecciones autonómicas madrileñas, obtuvo en las urnas 1.435.000 sufragios y 55 parlamentarios, que le otorgan la "legitimidad" necesaria para intentar "garantizar la estabilidad institucional" sin contar con el respaldo de los socialistas díscolos.

El problema de todo este asunto radica en que, aunque lograse superar la investidura, la candidata popular carecería de apoyos parlamentarios para llevar a cabo su programa de gobierno.

El PP defiende su decisión de pugnar por la presidencia madrileña con el argumento de que la crisis abierta en el PSOE no debe comprometer aún más la estabilidad de la autonomía, abocada a una repetición de las elecciones si ninguna fuerza es capaz de formar gobierno. En palabras del vicepresidente Rodrigo Rato, "un mes y medio después de las elecciones, no es fácil plantear a los madrileños que tienen que votar de nuevo porque hay partidos incapaces de estar a la altura de las circunstancias".

ACUERDO PRESUPUESTARIO

Estar "a la altura de las circunstancias" significa, según el PP, poner todo el empeño en que la Comunidad de Madrid tenga cuanto antes un Ejecutivo estable. El problema radica en que, aunque lograse superar la investidura, Aguirre carecería de apoyos parlamentarios para llevar a cabo su programa de Gobierno. Por eso fuentes populares aseguran que la candidata del Partido Popular está dispuesta, si accede a la presidencia, a ofrecer pactos puntuales al PSOE para hacer gobernable la comunidad.

Su principal objetivo sería sacar adelante los presupuestos autonómicos del 2004 con el respaldo socialista, aunque el PP admite que difícilmente el PSOE suscribirá un acuerdo de estas características.

Tal bloqueo institucional forzaría, esta vez sí, unas elecciones anticipadas, pero el calendario se dilataría. El Estatuto autonómico establece que, una vez investido el presidente, no se pueden convocar elecciones hasta que haya transcurrido el primer periodo de sesiones parlamentario, que concluirá en diciembre.

De modo que el PP, como mal menor, podría hacer coincidir las elecciones autonómicas madrileñas con las generales del 2004, capitalizando en la campaña el fiasco de la abortada coalición entre el PSOE e IU en Madrid.

AZNAR SE DESENTIENDE

Ayer, en el Congreso, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares preguntó al presidente del Gobierno, José María Aznar, si el PP está dispuesto a gobernar en Madrid "con tránsfugas". Pero Aznar miró para otro lado: "Los problemas que ustedes tengan, los resuelven ustedes".