Izquierda Unida unió ayer sus votos a los del PP para apoyar que el presidente del Gobierno debía comparecer en el Congreso en un pleno extraordinario. La suma no fue suficiente y los votos del resto de grupos --CiU optó por la abstención-- rechazaron la convocatoria extraordinaria. El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, se afanó tanto en diferenciarse del PP a pesar de votar lo mismo que optó por levantar el puño en lugar de votar con la tradicional mano alzada.

El debate de casi dos horas repitió los argumentos escuchados por la mañana en la comisión de Defensa, pero añadió a la sesión precedente la dosis de bronca que viene acompañando en los últimos tiempos las reuniones parlamentarias.

Varios diputados del PP jalearon a su portavoz, Eduardo Zaplana, cuando éste acusó a Zapatero de "engañar a todos" sus socios parlamentarios al haber prometido que sometería al Congreso los envíos de tropas al extranjero. Luego añadieron comentarios a viva voz cuando Zaplana insistió en destacar que el jefe del Ejecutivo "está en Canarias" en lugar de acudir a las Cortes y "no ha interrumpido sus vacaciones". "Buceando, buceando", gritaban unos, mientras otros ironizaban ante la negativa socialista a que el presidente explicara un accidente ya pormenorizado por José Bono.

EXCESOS CONSERVADORES El presidente del Congreso, Manuel Marín, permitió varios excesos hasta que ordenó silencio cuando el popular Vicente MartínezPujalte preguntó de forma audible: "¿Es que no se ha caído un helicóptero? ¿Es que no se han matado 17?". "Ni siquiera la pérdida de 17 vidas le parece suficiente para comparecer en pleno", remató Zaplana.

El PP pretendía que Zapatero acudiera a las Cortes a detallar el alcance del riesgo de las misiones exteriores. Zaplana concluyó que el jefe del Gobierno se niega porque "vive en una esquizofrenia política" por la necesidad de contentar a sus socios antiatlantistas (en alusión a IU y ERC) y, al tiempo, agradar a EEUU tras la retirada de Irak.

"CULMINAR LA JUGADA" En cambio, IU estimaba conveniente un "debate profundo" sobre las misiones en el exterior. Y, tras alabar la gestión del Gobierno en la crisis de los fallecidos en Herat, Llamazares dijo no comprender por qué Zapatero "no culmina la jugada en una comparecencia" extraordinaria. El resto de grupos, que junto al PSOE rechazaron el pleno extraordinario, se mostraron a favor de que el presidente acuda a la Cámara a debatir las misiones militares en el periodo ordinario de sesiones.