El PP llamó ayer a la ciudadanía a secundar la protesta contra el Gobierno que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha convocado hoy en Madrid. Bajo el lema Por ellos, por todos. En mi nombre... ¡no!, la AVT y el PP pretenden reunir hoy a decenas de miles de personas para exigir a José Luis Rodríguez Zapatero que "rectifique" y renuncie a dialogar con ETA aunque deje las armas. La convocatoria ha profundizado la división entre los colectivos de víctimas, algunos de los cuales critican que se use su nombre en vano.

La de esta tarde será la tercera manifestación que monta en un año el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, que cuenta con la bendición de la Conferencia Episcopal, y volverá a estar arropado por la plana mayor del PP, con Mariano Rajoy y José María Aznar a la cabeza. Como en la última marcha, la organización ha fletado decenas de autocares para garantizar que la convocatoria sea multitudinaria.

Tras más de 1.000 días sin asesinatos de ETA, y cuando mayores son las expectativas de que la banda terrorista anuncie el cese definitivo de la violencia, el PP plantea la manifestación de hoy como una demostración de fuerza. Con su acreditado poder de convocatoria, Rajoy y los suyos pretenden echar un pulso al Gobierno proyectando la imagen de una ciudadanía contraria al diálogo con los terroristas, con el indisimulado objetivo de estrechar el ya limitado margen de maniobra que tiene Zapatero para afrontar una solución negociada del conflicto vasco.

LA AUTORIDAD DE ALCARAZ Pero este nuevo órdago del PP ha debilitado la autoridad y representatividad de su aliado Alcaraz como cabeza visible de las víctimas. A las escisiones sufridas por la AVT se han sumado las voces de varias asociaciones de víctimas y colectivos cívicos críticos con la línea frentista de Alcaraz.

Secundan la convocatoria el Foro Ermua, el Colectivo Víctimas del Terrorismo, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M --no confundir con la de Afectados por el 11-M, que preside Pilar Manjón-- y las fundaciones Miguel Angel Blanco, Gregorio Ordóñez, Manuel Broseta y Alberto Jiménez Becerril.

Enfrente tienen a la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo, cuyo portavoz, Robert Manrique, denuncia la subordinación de Alcaraz al PP; la Fundación Fernando Buesa, cuya viuda, Natividad Rodríguez, juzga "absurda" la manifestación; un grupo de víctimas afines al PSE, que defienden el final dialogado con ETA; la Asociación Dignidad y Justicia, que se siente marginada por la AVT; y la plataforma Basta Ya.

Temeroso de que una protesta masiva implique un nuevo revés para Zapatero, el Gobierno expresó ayer su "apoyo" a las víctimas y su "respeto" a la convocatoria. Eso sí, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, acusó al PP de explotarla de modo "partidista".