La dirección del Partido Popular (PP) confirmó ayer su apoyo y asistencia a la manifestación contra los matrimonios homosexuales convocada en Madrid el próximo sábado, jornada de reflexión de las elecciones autonómicas gallegas. Después de las protestas contra la intención del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de abrir un diálogo con ETA y contra la devolución a Cataluña de los papeles de la Generalitat catalana depositados en el Archivo de Salamanca, ésta será la tercera movilización contra el Gobierno socialista que el PP secunda en otras tantas semanas.

Bajo el lema La familia sí importa. Por el derecho a una madre y un padre. Por la libertad, el Foro Español de la Familia quiere sacar a la calle a miles de personas para exigir al Gobierno de Zapatero que retire el proyecto de ley que regula las bodas entre homosexuales y les da los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales, incluida la adopción de menores.

APOYO CATOLICO Y EPISCOPAL La protesta, que también defiende la asignatura de Religión en las escuelas, tiene el apoyo abierto de la Conferencia Episcopal, de varias asociaciones católicas y, oficialmente desde ayer, del Partido Popular.

Tras la reunión del comité de dirección del PP, el secretario general, Angel Acebes, sostuvo ayer que se trata de una manifestación "a favor de la familia y de la libertad de educación, no contra los homosexuales". No aclaró ni qué dirigentes populares asistirán a la marcha ni si el partido volverá a fletar autobuses para garantizar su éxito.

Acebes restó importancia al hecho de que la movilización se celebre la víspera de las gallegas, aunque en su día juzgó "antidemocráticas" las protestas contra el PP celebradas en la jornada de reflexión de las generales del 14 de marzo del 2004, tres días después de los atentados del 11-M en Madrid. Para el socialista Diego López Garrido, "no es ninguna casualidad" que los populares participen en tres protestas seguidas en vísperas de las elecciones gallegas. Por su parte, Francisco Rodríguez (BNG) acusó al PP de crear un clima electoral de "confusión y miedo", y el democristiano Josep Antoni Duran (CiU) se limitó a opinar que la marcha contra las bodas gays no necesita "apoyos partidarios".

Los manifestantes recorrerán el kilómetro que separa las plazas de Cibeles y Sol, trayecto que los convocantes juzgan insuficiente. Benigno Blanco, vicepresidente del Foro de la Familia, denunció ayer que la Delegación del Gobierno no permitió que la marcha transitara por el paseo de la Castellana pero sí ha autorizado esa ruta para la Marcha del Orgullo Gay del 2 de julio.