La decisión del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, de incrementar al menos una docena de impuestos municipales, especialmente, el de bienes inmuebles (IBI), ha sido recibida con un mal disimulado descontento en el PP, que ha hecho de la rebaja fiscal su bandera. Esperanza Aguirre, futura presidenta de la Comunidad de Madrid, afirmó ayer que "personalmente" es contraria a la subida de impuestos aunque "respeta" la medida. La oposición acusa a Gallardón de querer recaudar más para financiar sus obras.

Aguirre pasó de puntillas sobre la polémica decisión que Gallardón ha incluido en el proyecto de presupuestos municipales para el 2004. Se agarró a su compromiso durante la campaña electoral y consideró que cuando los impuestos bajan, "el crecimiento de la economía es mayor".

TESIS OFICIAL

En declaraciones a Telemadrid, Aguirre subrayó la tesis oficial de su partido y de José María Aznar: "Cuando los gobiernos son austeros, las sociedades son prósperas". Mariano Rajoy trató de quitar importancia al asunto y tras varias preguntas de los periodistas terminó la conversación con un "no voy a decir nada más".

Los primeros presupuestos municipales de Ruiz-Gallardón prevén una subida media del IBI anual de 34 euros que en algunas viviendas llegará a 79.

COMPENSACION

Gallardón puede subir el IBI gracias a un acuerdo firmado entre el Ministerio de Hacienda y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en el 2002, para compensar a los ayuntamientos por la supresión del IAE.

En la negociación para la reforma de la financiación local, el entonces secretario general de política fiscal, Antonio Beteta dijo que el IBI tiene una "capacidad de crecimiento superior" a la pérdida de ingresos por la supresión del IAE.