Pocas derrotas parlamentarias le han dejado al PP un mayor sabor de victoria que la de la moción que perdió ayer en el Congreso contra la subida de dos puntos del IVA prevista por el Gobierno a partir de julio. No se votaba una proposición de ley, por lo que no estaba en juego la posibilidad real de frenar la medida aprobada en el marco de los presupuestos para este año. Y por ese motivo era éticamente inviable que los dos partidos que dieron su apoyo al PSOE para avalar las cuentas del 2010, el PNV y Coalición Canaria (CC), votasen en contra de ellos mismos. La moción fue derrotada por seis votos, pero los populares han capitalizado con este tema el debate público y mediático y, por ello, seguirán exprimiéndolo en las próximas semanas.

Agotada la vía del rechazo simbólico a la totalidad, el PP presentará iniciativas parlamentarias para pedir que se exima de la subida impositiva a sectores estratégicos como la automoción, el comercio, la industria y las pequeñas y medianas empresas (pymes). Así lo anunció ayer la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quien, horas antes de perder la votación, reconoció estar satisfecha por haber "paliado" con la moción el "déficit democrático" que, según su opinión, supuso el veto del Gobierno a debatir las enmiendas sobre la subida del IVA que los grupos de la oposición presentaron durante la negociación de los presupuestos.

ESTRATEGIA DE GOTA MALAYA Un debate que desde enero está reavivando el PP, día tras día y en todos los foros, para desgastar al Ejecutivo. El Congreso está siendo uno de los escenarios más recurrentes. Y seguirá siéndolo, como evidenciará hoy Mariano Rajoy preguntando por segunda semana seguida a José Luis Rodríguez Zapatero sobre la subida de impuestos. Hasta ahora, el grupo socialista en la Cámara baja ha conseguido evitar las minas de los populares, pero la estrategia de gota malaya decidida por la cúpula del PP no conoce el desaliento. Ayer perdieron otras dos votaciones contra la gestión económica de Zapatero. La primera pedía que los ayuntamientos dedicasen el 60% del fondo previsto en el segundo Plan E al pago de facturas pendientes con empresas. Y la segunda apostaba por reducir el IVA en el sector turístico.

Pese a ello, en la moción estrella de la sesión, todos los grupos de la oposición menos el PNV y CC se aliaron con el Partido Popular. Con el objetivo de apretar las tuercas a vascos y canarios, Sáenz de Santamaría usó la misma táctica que en la ley del aborto: apelar al "voto de conciencia". Al PSOE ya solo le quedaron dos adjetivos para calificar la actitud de los populares: "insólita e irresponsable".