El cerco a Rita Barberá por el 'caso Imelsa', en el que están imputados todos los concejales que estuvieron a su lado en la pasada legislatura al frente del Ayuntamiento de Valencia, ha provocado que el PP cada día se distancie más de la que consideró como la "alcaldesa de España".

Después de forzarla a dar explicaciones, este lunes los conservadores han anunciado que han pedido a Barberá que dé "un paso atrás" y deje la presidencia de la Comisión Constitucional del Senado.

En una rueda de prensa en la sede del partido en Madrid, el vicesecretario de comunicación, Pablo Casado, ha considerado que sería "positivo" que la exalcaldesa aceptase la petición de la dirección y renunciase al cargo. A su juicio, este cese ayudaría a la dirigente conservadora a "seguir con su defensa" e impediría que se mezclasen "unos casos con unas negociaciones y con una actividad parlamentaria", en alusión a las repercusiones que las novedades de este caso de corrupción podrían tener en las conversaciones de la investidura. Casado, no obstante, ha evitado comentar la posibilidad de que la exalcaldesa deje el acta de senadora.

Barberá asumió la presidencia de la Comisión Constitucional el pasado mes de septiembre, cuando se incorporó a la Cámara alta junto al resto de senadores designados por las comunidades autónomas.