La propuesta de reforma del Senado lanzada por el Gobierno del PSOE, que prevé que las comunidades autónomas puedan ejercer en la Cámara alta el derecho al veto sobre normas estatales en defensa de sus "hechos diferenciales" o del "principio de solidaridad" suscitó ayer opiniones encontradas entre los partidos políticos y ejecutivos autonómicos, entre las que destacaron las críticas lanzadas al proyecto por parte del PP y del PNV.

El plan del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, avanzado ayer por El País , atribuye a las autonomías la capacidad de vetar normas del Estado cuando consideren que éstas vulneran su lengua, cultura, insularidad, derecho civil y derecho foral. Las comunidades que no gozan de estos "hechos diferenciales" también podrán recurrir al veto en defensa del "principio de solidaridad" que se materializa en la financiación autonómica.

El presidente del Senado, Javier Rojo, aplaudió ayer desde París de forma entusiasta el proyecto, ya que, a su juicio, la reforma permitirá a la institución ser "más eficaz" y adaptarse a la "realidad" del Estado autonómico. No obstante, advirtió de que el debate debe sustentarse pensando en los derechos de los ciudadanos y, en ningún caso, debe crearse una polémica sobre los "privilegios" que puedan tener unas regiones sobre otras.

INCERTIDUMBRE Rojo hizo hincapié en la necesidad de que la reforma se haga por consenso. Pero el PP, "pieza clave" en este consenso, como admitió el presidente del Senado, sólo puso peros a la propuesta de Sevilla. El secretario general adjunto de los populares, Angel Acebes, destacó que la posibilidad de que las autonomías tengan derecho de veto "genera incertidumbre e inseguridad" y puede comportar "graves consecuencias" al significar "un cambio profundo" en el modelo constitucional. "La soberanía popular ya no residirá en el conjunto del pueblo español", advirtió Acebes desde Sevilla.

"GLOBO SONDA" El portavoz del PNV en el Senado, Joseba Zubia, calificó la propuesta de "globo sonda" del PSOE para "quedar bien ante ciertos sectores" y que sea el PP quien se oponga a su aprobación. Zubia agregó que el proyecto es "demasiado bonito para ser verdad" y anunció que si fuera así lo apoyarían "de forma entusiasta".

Para el portavoz de la presidencia federal de IU, Felipe Alcaraz, la propuesta es "positiva, pero no suficiente", y añadió que el objetivo de su formación es "un Estado federal donde el Senado juegue un papel importante".

La Junta de Andalucía, a través de su consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, alertó de que la propuesta, aunque razonable, deberá hacerse "desde el principio de solidaridad y no discriminación". En cambio, el vicepresidente de la Junta de Extremadura, el también socialista Ignacio Sánchez Amor, subrayó que el derecho de veto es un asunto "prematuro y secundario" dentro de la reforma.

El portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, afirmó respecto a la propuesta que "la música suena bien, pero el tripartito "quiere ayudar a escribir la letra". Sin embargo, juzgó que el debate está en un estado "incipiente". Y el portavoz nacional del BNG y senador, Anxo Quintana, advirtió de que la reforma puede representar una "frustración" si se reduce a "una nueva versión del café para todos".