Todavía no saben si lo aplicarán de nuevo, y en ese caso cómo lo harán, pero Mariano Rajoy y Pedro Sánchez dejaron ayer claro que no piensan titubear a la hora de volver a poner en marcha el artículo 155 de la Constitución. El presidente del Gobierno y el líder socialista se reunieron durante 45 minutos en la Moncloa y de allí salieron con un acuerdo que incluye el compromiso de volver a intervenir si el nuevo president, Quim Torra, reabre la vía unilateral, como dio a entender en el debate de investidura. «Ni hubo independencia, ni hubo república, ni la va a haber», dijo Rajoy, quien se mostró dispuesto a reunirse con Torra pero para hablar «dentro de la ley». Sánchez advirtió de que la respuesta sería «serena» y «contundente».

El encuentro entre el jefe del Ejecutivo y el de la oposición lanza un mensaje preventivo a Torra, pero también a Albert Rivera. El líder de Ciudadanos lleva días defendiendo que no hay que esperar más, que las meras palabras del flamante president son suficientes para mantener y ampliar la actual suspensión de la autonomía catalana, pese a que el acuerdo que en octubre puso en marcha el 155 deja claro que este decaería en cuanto se formase Govern.

Rajoy y Sánchez, en cambio, consideran que hay que ser escrupulosos en este procedimiento, mucho más cuando se busca trasladar la importancia de observar la ley, así que quieren esperar a las decisiones de Torra. Lo cual, insisten en el Gobierno y el PSOE, no significa que se «vaya a mirar hacia otro lado». Vigilarán al president de cerca, y a diferencia del año pasado, cuando esperaron a las leyes de desconexión, al referéndum del 1 de octubre y a la declaración de independencia para activar el 155, esta vez actuarán el primer momento.

«Aquí el debate no es si tiene que aplicarse el artículo 155, eso ya está superado, sino qué artículo 155. Hay que ver el camino que toma el nuevo Govern. Si [Torra] toma el camino que ha propuesto, se tendrá que aplicar con contundencia», dijo Sánchez, que aclaró que esta vez la intervención sería de «naturaleza diferente». La legislatura catalana acaba de empezar y «no tendría sentido», insisten en el Ejecutivo y el PSOE, aplicar la intervención para volver a convocar unas elecciones autonómicas de forma inmediata. El propio Rajoy subrayó este extremo durante la reunión que mantuvo con la cúpula del PP, tras la cita con Sánchez. Según fuentes presentes en el encuentro, el presidente dijo también que se sentía mucho más apoyado en estos momentos por el líder socialista que por el de Cs.

Ya por la tarde, en Sofía (Bulgaria), donde se desplazó en viaje oficial, el líder del PP evitó cargar las tintas. Ni con Torra, ni con Rivera. Al dirigente de Junts per Catalunya, cuya primera decisión tras su investidura fue viajar a Berlín para entrevistarse con Carles Puigdemont («el president legítimo», según sus palabras) y pedir desde allí una reunión al Gobierno, Rajoy le contestó que «por supuesto». «Para hablar estoy disponible. Es positivo, pero mi posición es ya conocida», dijo.

El líder del PP, como Sánchez antes, evitó entrar en los supuestos que serían merecedores del 155. «No quiero hablar de líneas rojas porque quiero que se recupere la normalidad. Hay que cumplir la ley. En Cataluña solo puede haber un presidente, una legalidad y unas instituciones válidas. Ni hubo independencia, ni hubo república, ni la va a haber. Voy a trabajar por la concordia, porque se cumpla la ley», explicó. Poco antes se había detenido en las virtudes del acuerdo sellado con el PSOE, al que invitó a sumarse al resto de partidos. «Lo más importante es que los que defendemos la Constitución estemos juntos», dijo en referencia a Rivera.

El pacto del jefe del Ejecutivo y el líder socialista consta de cinco puntos. Uno: responder ante la quiebra del orden constitucional. Dos: rechazar las estructuras paralelas, ajenas a la Carta Magna y el Estatut, como el «Consejo de la República» y la asamblea de electos que abraza Torra. Tres: supervisar las cuentas públicas catalanas, a través del control reforzado del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) aprobado en el 2015, que condiciona los pagos al respeto al ordenamiento. Cuatro: la unidad de los partidos, abriendo el pacto a Cs y a Podemos. Y cinco: dar a conocer en el extranjero las declaraciones «xenófobas» y «execrables» de Torra, que llegó a llamar «bestias con forma humana» a los castellanohablantes en Cataluña.

Para Rivera, el acuerdo entre Rajoy y Sánchez es insuficiente. «No comparto la no acción que han decidido hoy. Hay que tomar decisiones», dijo ayer. El presidente recibirá mañana al líder de Ciudadanos. El ambiente se anticipa enrarecido.