Los dirigentes del Partido Popular se quedaron ayer en un discreto segundo plano, para poner aún más en evidencia el debate que se ha abierto en el PSOE por la reforma de la Constitución. La energía desplegada ayer por el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, para intentar cerrar filas ante el pleno de hoy en el Congreso facilitó la estrategia de los conservadores. Estos han encontrado en la modificación de la Carta Magna una buena manera de que Mariano Rajoy no solo saque pecho por tratarse de un cambio que él ya había pedido, sino que pueda aparecer como un hombre de Estado que se aviene -ahora- a pactos con el partido en el Gobierno y, además, satisface a los principales socios europeos, Angela Merkel (Alemania) y Nicolas Sarkozy (Francia), ambos conservadores. Y todo eso, a solo dos meses de las elecciones generales.

Ni Merkel ni Sarkozy, según fuentes socialistas, han entendido siempre en estos últimos años la actitud de Rajoy, que no ha apoyado a José Luis Rodríguez Zapatero en las grandes reformas emprendidas (la laboral, la de pensiones, la reestructuración de las cajas y el tijeretazo de mayo del 2010). Ahora, con este gran pacto PSOE-PP, Rajoy consigue despedir la legislatura limpiando su imagen ante los electores, que consideran que no ha sido leal con el jefe del Ejecutivo durante la crisis y con un coste cero ante sus votantes.

La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, dijo ayer con sorna que confía en que el PSOE resuelva "sus discrepancias internas" para poder aprobar con el máximo apoyo posible la proposición de ley. Una reforma que cuenta, a su juicio, con el beneplácito de la "inmensa" mayoría de los españoles, que creen que se ha llegado a esta situación por el "despilfarro" del Ejecutivo en estos últimos años.

Tras la reunión del comité de dirección del PP en Toledo, Cospedal aseguró que hasta ahora, el PSOE ha podido contar siempre con su partido para este tipo de "actuaciones que van en la buena dirección". "El problema -añadió- es que nunca, ni el PSOE, ni el Gobierno han querido contar con el PP".

Por otro lado, la presidenta de Castilla-La Mancha reclamó al Ejecutivo que haga "todo lo que esté en su mano" para impedir que Bildu concurra a las generales, el 20 de noviembre. Además, reprochó al vicepresidente segundo del Gobierno, Manuel Chaves, que se oponga a la presentación de una moción de censura contra el diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano. Cospedal añadió que, "dentro de poco", su partido dará "cumplida información" sobre lo que piensa hacer para impedir la presencia de la coalición aberzale en las instituciones.