El PP no cree al presidente del Gobierno cuando dice que ha impulsado la reforma de la financiación para hacer frente a la crisis. "El origen está en el cheque en blanco que Zapatero dio al tripartito catalán para la redacción del Estatut, que establecía un modelo bilateral. Ante las críticas generalizadas, el Gobierno optó por un bilateralismo encubierto y apostó por principios que satisfacen lo máximo posible las aspiraciones del tripartito y que se han de aplicar a todas las autonomías", sentenciaron ayer los populares en un comunicado. Dicho documento quería plasmar las conclusiones de la reunión de los responsables del partido conservador en las áreas autonómica y económica, Javier Arenas y Cristóbal Montoro, respectivamente, con los consejeros de Economía de sus comunidades.

Esa reunión llega después de que la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, y su homólogo en Valencia, Francisco Camps, pasaran por Moncloa para hablar de financiación. A la dirección del PP no le gustó que Aguirre expresara, sin tapujos, su satisfacción ante el proyecto del Ejecutivo. Por eso, ayer marcó pautas: defiende un modelo aprobado por unanimidad y que no conlleve déficit o subida de impuestos. El líder del PP, Mariano Rajoy, añadió que Zapatero "engaña a todo el mundo" y hace "propuestas contradictorias".