El PP impuso ayer su amplia mayoría en el Senado y logró en solitario la reprobación de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, por la crisis ferroviaria en Cataluña. Las otras cuatro fuerzas --CiU, ERC, IU-ICV y Coalición Canaria-- que el mes pasado se unieron con los conservadores en el Congreso en una fallida reprobación de la ministra decidieron en esta ocasión abstenerse por considerar que el partido de Mariano Rajoy carece de "autoridad moral" para abanderar una iniciativa de este calado.

La estrecha victoria del PP --120 votos frente a 116 del PSOE, PSC, PNV y varios diputados del Grupo Mixto-- no tendrá ningún efecto en lo que respecta a la continuidad de Alvarez en el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero. Horas antes de la agria sesión, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Diego López Garrido, señaló que el Congreso ya había dado su "confianza" a la titular de Fomento y que es esta cámara la que "establece las confianzas o las censuras". En aquel debate, Alvarez se libró de la reprobación por tan solo tres votos.

El PP logró ayer su objetivo, pero sin ningún apoyo y en medio de duras críticas a su portavoz, Daniel Sirera, que se estrenaba como orador en el Senado. La victoria popular recuerda la de Pirro, aquel rey griego que en el siglo III a. de C. derrotó a los romanos con tal pérdida de soldados propios que exclamó: "Otra victoria como esta y volveré solo a Epiro". Pero los conservadores no reconocieron un carácter pírrico a su victoria y remataron el debate con gritos triunfales de "¡dimisión, dimisión!". "Estamos inmensamente solos con centenares de miles de catalanes que han pedido la dimisión de la ministra", proclamó Sirera.

Como señaló el socialista Vicente Guillén, el PP dedicó más energías a criticar a los grupos catalanes abstencionistas que a justificar con argumentos su propuesta. Sirera dijo no entender la actitud de CiU, ICV y ERC, que tanto en el Parlamento autonómico como en el Congreso votaron a favor de la reprobación. A los nacionalistas les recordó que fueron aliados del PP tanto en Madrid como en Cataluña durante el mandato de José María Aznar.

ENMIENDA ALTERNATIVA Las tres fuerzas catalanas se abstuvieron después de presentar sin éxito una enmienda alternativa, en la que pedían el cese de Alvarez pero también reclamaban a los conservadores la retirada del recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto catalán. El PP, por supuesto, rehusó asumir esa enmienda, por lo que se votó la iniciativa presentada por los conservadores.

Las tres fuerzas catalanas decidieron desmarcarse y no secundar al principal partido de la oposición. Lluís Aragonès (ERC) conminó a los conservadores a "autoreprobarse" por la escasa atención que prestaron a Cataluña durante el Gobierno de Aznar. Jordi Guillot, de IU-ICV, recomendó al PP "callarse". Incluso los canarios se abstuvieron para no entrar en el "juego electoral" de los conservadores.