Después de 10 días eludiendo dar la réplica a Francisco Alvarez-Cascos, la dirección del PP se defendió ayer por primera vez de los ataques recibidos por parte de su exsecretario general en tiempos de José María Aznar. La respuesta fue breve y poco concreta. Los populares revelaron la existencia de un expediente abierto por un "cruce de declaraciones" entre dirigentes del partido popular en Asturias, que se enzarzaron sobre la conveniencia de presentar a Cascos a las elecciones autonómicas.

Tal como lo presentó la cúpula conservadora, con esa actuación se habría tratado de defender al exvicepresidente del Gobierno, lo que neutralizaría la acusación que lanzó para justificar su baja como militante, que el PP no le había arropado de los ataques que recibía.

Según explicó la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, en las semanas previas a la reunión del comité electoral nacional que propuso a Isabel Pérez-Espinosa como cabeza de cartel en Asturias, se produjeron "una serie de comportamientos por las dos partes los que apoyaban a Alvarez-Cascos y los que le criticaban que están en manos del comité de derechos y garantías" del PP, hechos que propiciaron la apertura del citado expediente informativo dentro del partido.

DILIGENCIAS INFORMATIVAS Sin detallar los protagonistas de ese cruce de declaraciones "de unos y otros", De Cospedal puntualizó que esas diligencias informativas no van "contra nadie", sino que se abrieron "hace ya bastante tiempo" para saber exactamente cómo se produjeron los mencionados acontecimientos. "El expediente se basa tanto en los comunicados que en su día presentó el señor Alvarez-Cascos en el comité como los que tiempo atrás habían presentado dirigentes del PP de Asturias", aseguró la número dos del partido.

Expuesto este episodio, De Cospedal subrayó que no iba a "polemizar" con el exministro, y que tampoco el PP se ha planteado la posibilidad de que se pueda actuar contra él por transfuguismo, dado que hacía casi ocho años que no estaba en la política activa. El asunto no acaparó demasiado el debate en la primera reunión del año de la ejecutiva popular, que más bien quiso servir como punto de inflexión para dar carpetazo a la polémica.

Solo hubo dos intervenciones sobre el tema, y fueron por derroteros similares. El presidente del PP asturiano, Ovidio Sánchez y su homóloga aragonesa, Luisa Fernanda Rudi, refrendaron la actuación de los cuadros directivos del partido y lamentaron las declaraciones "poco correctas" de otros dirigentes. Fuera de la reunión, la voz más crítica fue la de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, quien calificó de "lamentable" que el PP "pierda" al que fuera su secretario general. "Algo habrá hecho mal el partido y el propio exministro", apostilló la presidenta.

Mientras, Cascos reconoció ayer en el Canal 24 horas de RTVE que no llegó a pedir expresamente a Mariano Rajoy que le propusiera como candidato de Asturias, aunque dijo haber dejado claro al partido su "disponibilidad" para asumir el reto.