El Gobierno se debate en torno a la conveniencia de suspender o no el actual Ayuntamiento de Marbella, regido por un equipo de tránsfugas sobre los que planea la sombra de Jesús Gil. Para aquilatar la crisis, el PP anunció que solicitará al Gobierno la realización de un informe antes de decidirse. La diputada y portavoz del PP en el consistorio marbellí, M Angeles Muñoz, justificó su cautela porque se trata de una decisión "extrema y gravísima".

IU no consiguió que prosperase su propuesta planteada en la Diputación Permanente del Congreso, que se reunió. La coalición pretendía la celebración inmediata de un pleno para instar al Ejecutivo a promover la disolución del Gobierno municipal de Marbella. El PSOE apoyó con sus votos esta iniciativa.

El Gobierno duda acerca de la conveniencia de apear al consistorio marbellí "por el precedente que crearía", según fuentes de la Moncloa. El PSOE tampoco lo tiene claro. A juicio de su dirección, si no se pidió la disolución cuando Gil hacía y deshacía en Marbella, "ahora habrá que reflexionar cuidadosamente qué hacer".

Isabel Pozuelo, portavoz del PSOE, instó a tomar la decisión "con toda prudencia y por unanimidad" de todas las fuerzas políticas, distanciando su argumentación de la esgrimida por IU. Para el Gobierno, bastaría con un acuerdo con los socialistas. Según el PSOE, en Marbella se ha llegado a una situación de "insumisión urbanística" que obliga al Gobierno a encontrar una salida.