El equipo de colaboradores de Mariano Rajoy está diseñando una agenda y plan de actividades para, a partir del próximo enero, intentar relanzar la imagen del líder del PP. ¿Por qué? Porque a la dirección del partido le han dejado un sabor agridulce los sondeos de opinión que, en los últimos días, se han hecho públicos: Todos confirman que la formación política ha sabido sacarle cierta rentabilidad a la crisis económica, pero no tanto el propio Rajoy, cuya valoración entre los españoles --incluidos sus votantes-- sigue siendo muy escasa. El presidente del PP no logra deshacerse de ese hándicap que le acompaña desde que tomó el relevo a José María Aznar. Tampoco en estos tiempos en que la popularidad del presidente del Gobierno decae.

En ese contexto, los que trabajan mano a mano con Rajoy están perfilando actos "menos convencionales y diferenciados" con la intención de potenciar, en lo posible, la imagen del jefe.

SIN ANSIEDAD Reconocido ese problema, son varios los dirigentes del partido que abogan por no caer en la "ansiedad". "Aún queda mucho hasta las generales", enfatizan. Y añaden que las últimas encuestas demuestran que actúa de forma correcta.

El último Barómetro de España elaborado para los diarios de Grupo Zeta por GESOP --realizado entre el 20 y el 24 de octubre del 2008-- coloca al PP un punto por delante del PSOE. Por su parte, el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), presentado la pasada semana, habla de empate técnico, aunque sus entrevistas se llevaron a cabo 15 días antes que la encuesta de GESOP. Obviamente, los datos son buenos para el PP. Pero ya hay quien dice en el seno del partido que "dadas las circunstancias" de la crisis, deberían ser aún mejores. Especialmente en lo que concierne a Rajoy: El CIS apunta desde hace tiempo que a la mayoría de los ciudadanos su figura le inspira "poca o ninguna" confianza.

Esa situación ha motivado que un nutrido grupo de parlamentarios populares exija a la dirección del partido una reflexión al respecto, informa Europa Press. "Algo no se está haciendo bien porque todos nuestros mensajes se han centrado en la crisis y, sin embargo, no se despierta optimismo ni se motiva a la gente", señala uno de los diputados. "Estamos en una grave crisis y el PP no despega. La gente demanda alternativas creíbles", añade otro parlamentario.

Consciente de ese cierto desapego que provoca Rajoy en propios y ajenos, la dirección ultima su plan de trabajo para el líder. Avisan que será imposible ponerlo en marcha antes de enero, ya que los congresos regionales y provinciales lo impiden.

TIEMPO PERDIDO Sin embargo, la FAES, la fundación que dirige Aznar, considera que los cambios de imagen son tiempo perdido. "Elaborar una campaña de imagen para el electorado centrista es perder el tiempo, porque no lo necesita. Por el contrario, ese electorado aprecia la claridad de ideas y coherencia de los mensajes", asegura Miguel Quintanilla en Cuadernos de pensamiento político , editado por la FAES. Parece que Rajoy tiene que hacer deberes dentro y fuera de casa para mejorar sus notas.