En el comité ejecutivo que los populares celebraron el sábado se tomó una decisión: la de involucrar a todo el partido en la defensa de Mariano Rajoy, quien ya ha advertido de que no piensa dimitir por el escándalo de los sobresueldos. Con ese objetivo, la número dos del PP, María Dolores de Cospedal, ha convocado hoy a una comida de trabajo a los secretarios generales autonómicos de su organización, a los que pretende hacer partícipes de la estrategia diseñada para el caso Bárcenas y sus derivadas.

Dicha estrategia consiste en negar la veracidad de los apuntes contables publicados por El País --salvo alguna excepción como un crédito concedido a Pío García-Escudero o los pagos a organizaciones de víctimas del terrorismo-- y denunciar un complot contra el Ejecutivo actual, el PP y España en general. A eso se suma desde ayer el esfuerzo por desacreditar a Alfredo Pérez Rubalcaba como posible alternativa a Rajoy y situarlo ante la opinión pública como parte del "oscuro" pasado del PSOE, a fin de dificultar que conecte con los ciudadanos "desencantados" que reclaman aire fresco en la política.

Eso explica que ayer saliera a la palestra Esteban González Pons (en la retaguardia del partido desde el último congreso del PP) a responder a la petición de dimisión que, desde la sede socialista, había lanzado minutos antes Rubalcaba. Sin demasiados disimulos, Pons acusó al líder del PSOE de dejarse llevar por "las prisas", "la ansiedad" y su "espíritu de revancha" para intentar llegar al poder por atajos.

"Rubalcaba quiere que el PP pierda en la calle lo que ha ganado en las urnas .... El 'yo estoy limpio pero tú estás sucio' ya no vale", sentenció Pons, que invitó al jefe socialista a hacer públicas sus declaraciones de la renta, la contabilidad del partido y los datos sobre los salarios de dirigentes "de ahora y de los de antes".

En esta línea, sacó a colación el caso Faisán, el caso Blanco y los eres en Andalucía y culpó a Rubalcaba de colaborar a "desestabilizar al Gobierno" en busca de un quítate tú que me pongo yo. En todo caso, el propio Mariano Rajoy tendrá hoy oportunidad de replicar a Rubalcaba, ya que tendrá que responder a preguntas de la prensa --por fin-- tras su cita en Berlín con Angela Merkel.