En el PP están convencidos de que el mal funcionamiento de las infraestructuras que sufre Cataluña es un filón para desgastar a José Luis Rodríguez Zapatero cara a las elecciones. Por eso no piensan conformarse con la comparecencia de Magdalena Alvarez en la comisión de Fomento y ahora exigen que sea el jefe del Ejecutivo el que vaya al Congreso a dar explicaciones si no destituye a la ministra o ella no dimite antes. La respuesta del PSOE fue que el presidente Zapatero no tiene que justificar la composición de su Gabinete.

Antes de entregarse a los placeres de una jornada gastronómica en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), el líder del PP anunció que su grupo parlamentario pedirá mañana la convocatoria de la diputación permanente del Parlamento para que Zapatero exprese su opinión sobre el "fracaso" de la gestión de infraestructuras en Cataluña.

Rajoy reprochó al jefe del Ejecutivo que se ocupe de "líos que no le importan a nadie" e incluyó en esa categoría la ley de memoria histórica y la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Acto seguido, recordó que una de las principales obligaciones de un gobernante es "hacer que los servicios funcionen" y después, dijo, "se puede dedicar a la Alianza de Civilizaciones".

DUELO DE CHEQUES Como discípulo aventajado, a Alberto Ruiz-Gallardón le faltó tiempo para abonarse al discurso de su jefe. El alcalde de Madrid recomendó a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona un ejercicio de "autocrítica" sobre las inversiones realizadas y presumió de que el desembolso de su gobierno y el de Esperanza Aguirre ha sido "superior" al de las administraciones catalanas. La encargada de responder a las críticas fue la responsable de política autonómica del PSOE. Carmen Hermosín opinó que el PP de Rajoy se comporta "con desfachatez" porque "maltrató" a Cataluña durante los ocho años en los que gobernó.