El último comunicado de ETA se produce tras varios días de tensiones que han tenido como centro el debate sobre la legalización de Batasuna. El incidente más sonado giró en torno a la marcha convocada por Batasuna en San Sebastián el domingo pasado.

El juez Garzón prohibió en un principio el acto, por ser Batasuna ilegal, pero luego permitió una marcha convocada por un grupo de particulares. Los dirigentes aberzales participaron en el acto, pero evitaron cualquier identificación con Batasuna.

Tanto en los días previos como en los posteriores de la marcha se produjo un agrio cruce de declaraciones entre Batasuna, por un lado, y el PSE y el PNV, por el otro. Varios dirigentes aberzales acusaron a socialistas y nacionalistas de exigir su legalización como coartada para retrasar la formación de la mesa de partidos.

En el debate irrumpieron los obispos vascos. El de Bilbao, Ricardo Blázquez, instó a ETA a "pedir perdón" a las víctimas para fortalecer el proceso. El de San Sebastián, Juan María Uriarte, pidió a las partes signos de "distensión".