Quién los ha visto y quién los ve. ¿Recuerdan aquellos tiempos en que José María Aznar y Alberto Ruiz Gallardón se miraban con la desconfianza de dos tahúres de póker? Ahora resulta que todo era mentira, como en el tango. Los dos políticos están, en realidad, encantados de conocerse. No paran de dirigirse guiños y halagos políticos que alguna carga simbólica deben tener en estos tiempos sucesoriales que corren.

Un día después de calificar a Ruiz Gallardón como "uno de los mejores" del PP, el presidente José María Aznar le dedicó ayer otra muestra de cariño bajo el disfraz de un lapsus. Al animar a los candidatos populares, dijo: "También deseo suerte a mi candidato favorito que tengo aquí adelante..." y de pronto, como si corrigiese, dijo: "...a mi candidata favorita que tengo aquí adelante". Frente a él estaban Ruiz Gallardón, candidato al Ayuntamiento de Madrid, y su esposa y número tres en la lista, Ana Botella.

RECIPROCIDAD

El candidato a la alcaldía de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, por supuesto, colmó de elogios al presidente del Gobierno y saludó efusivamente a su esposa, "Ana".

El número dos de su lista --para los curiosos, se llama Manuel Cobo-- es como si en realidad no existiera. Algunos lo llaman con sorna "el eslabón perdido".

El vicepresidente Mariano Rajoy dijo, en una entrevista publicada ayer en El País, que "hay cosas que puedan cambiar después de Aznar". ¿Acaso Ruiz Gallardón o Rodrigo Rato, que no ocultan su aspiración presidencial, ayudarán a resolver el enigma gallego?

Las encuestas poco ayudan en la tarea. Un sondeo del diario Abc otorga al PSOE una ventaja de cinco puntos de celebrarse ahora unas elecciones generales, mientras que el rotativo El Mundo asegura que el PP vuelve a superar a los socialistas en 2,5 puntos.