El presidente del Consejo de Estado, Iñigo Cavero, murió ayer en la Clínica de La Luz de Madrid a los 73 años de edad, a causa de un infarto. Cavero había sido ingresado la semana pasada a consecuencia de un derrame cerebral. La capilla ardiente con los restos mortales de Cavero quedó instalada por la tarde en la sede del Consejo, situada en la calle Mayor de Madrid, hasta donde se acercaron familiares y amigos del que fuera ministro de Educación y Ciencia y de Justicia en los gobiernos de Adolfo Suárez. También José María Aznar, ministros de su Gobierno y otros políticos se acercaron a dar su último adíos al político, que será enterrado hoy en Cintruénigo (Navarra). Todo destacaron la integridad de Cavero y su compromiso con el Estado.

Iñigo Cavero Lataillade era presidente del máximo órgano consultivo del Gobierno desde marzo de 1996, coincidiendo con la llegada al poder del Partido Popular. Abogado en ejercicio hasta entonces, doctorado en Derecho y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid durante 37 años. Era también catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universidad San Pablo-CEU. Su carrera política dio comienzo en 1977, cuando integró el grupo fundador de Unión de Centro Democrático (UCD) --del que llegó a ser su secretario general-- y fue diputado por Madrid en las Cortes Constituyentes.