El discurso de José María Aznar se ajustó al patrón de la mayoría de sus intervenciones en los congresos del PP: defensa de la unidad nacional y reivindicación del centro político. En la clausura de la convención nacional popular, ayer se presentó a sí mismo y al PP como "garantía" de la "cohesión y vertebración" de España frente al PSOE, al que acusó de ser "incapaz" de mantener su unidad interna.

"La cohesión debe empezar por el propio partido que pretende llevarla a cabo, porque es difícil garantizar la cohesión del país si se es incapaz de garantizar la cohesión interna del partido", razonó Aznar. "¿Quién garantiza a los electores qué programas se van a aplicar si votan al PSOE?", se preguntó.

También ratificó que el Estado autonómico "está construido y consolidado", por lo que abogó por asegurar su "vertebración" y la "cultura de la estabilidad política" frente a toda "incertidumbre". Y rechazó reformar la Constitución porque, a su juicio, "es la solución, no el problema".

Aznar renovó la apuesta centrista del PP y opuso su "realismo", "responsabilidad" y "moderación" a las "ensoñaciones", "frivolidad" y "extremismo" de la oposición. Cara a la campaña local y autonómica, fijó como prioridad de los populares la política social, centrada en los mayores, los jóvenes, la inmigración y la educación.