José Luis Rodríguez Zapatero está acostumbrado a recibir críticas ajenas. Pero, de un tiempo a esta parte, ha entrenado también el oído con el reproche de algunos de sus compañeros, molestos en determinados casos por las consecuencias políticas y sociales que pueda tener el tijeretazo y, en otros, preocupados por marcar distancias con un Zapatero sin tirón electoral, dada la cercanía de los comicios autonómicos. Ayer fue el presidente de Extremadura, el socialista Guillermo Fernández Vara, quien salió a la palestra a dar su pequeño y particular tirón de orejas al presidente del Gobierno. "España tiene un problema de credibilidad en el extranjero y, por tanto, hace falta gente que cuando diga cosas fuera, se le crea a pies juntillas. Lo que hay que analizar es si algunos de los miembros del Gobierno en estos momentos tiene esa capacidad. Y si la respuesta es no, será necesario poner al frente de algunas instituciones a gente a la que se crea; y si la respuesta es sí, no será necesario", dijo en Onda Cero.

Pero Vara no se quedó ahí: apuntó que Zapatero repetirá como candidato del PSOE en unas generales si se decide que "es lo mejor para el partido". Eso sí, exigió "lealtad" al actual jefe del Ejecutivo, después de dejar claro que él no le debe "nada" a Zapatero, que apostaba por otro sucesor cuando Rodríguez Ibarra abandonó el poder.

MENOS "BANDAZOS" Vara ha seguido la senda iniciada por su compañero manchego, José María Barreda, quien, hace semanas, demandó también una crisis de Gobierno y menos "bandazos" desde el Ejecutivo socialista. Además de compartir discurso crítico, ambos tienen en común que el PP les está pisando los talones en sus respectivas autonomías, según evidencian los sondeos más recientes. Por tanto, no es descartable que tanto Vara como Barreda estén interesados en distanciarse del discurso oficial del PSOE, ese que ahora castigan todas las encuestas. Mientras, la secretaria de organización de los socialistas, Leire Pajín, se esfuerza por intentar restar importancia a este tipo de declaraciones, como en su día tuvo que hacer con el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, quien dejó caer en el Parlamento andaluz que el hecho de que Zapatero "fuera malo" no hacía al PP mejor.

El caso es que la dirección del PSOE se esfuerza por remarcar que el liderazgo de Zapatero "no está en crisis". El jueves, el partido reunirá a 1.550 parlamentarios y exdiputados para rendir homenaje a Pablo Iglesias. Y contará con la presencia de Zapatero y Felipe González, el mismo que, recientemente, advirtió al Gobierno de las consecuencias de "rectificar a diario".