El PP no tiene intención de soltar a su última liebre socialista, esto es, al presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro. Quiere hacerle pagar caro el error que cometió delante de un micrófono, al calificar de "tontos de cojones" a los votantes de los populares. El partido de Mariano Rajoy pretende forzar su dimisión. El, arropado por sus compañeros socialistas, insiste en que ya se ha disculpado y apunta que aguantará "lo que pueda".

"Vuelvo a decir que ni pienso ni siento lo que he dicho", afirmó en RNE el también alcalde de la localidad madrileña de Getafe. Pero los populares buscan una victoria, no una disculpa. De hecho, ayer aparecieron en el acto de homenaje a la Carta Magna organizado por la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, con unas pegatinas en las solapas cuyos mensajes evidenciaban sus intenciones: Por la Constitución, Pedro Castro dimisión y No somos tontos de los cojones . De hecho, el acto estuvo marcado por esta polémica, dado que Castro estaba invitado. Mientras socialistas y sindicalistas procuraban no dejar solo al responsable de la FEMP, los populares se alineaban con su presidenta, que ha exigido su dimisión. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, fue de los pocos conservadores que se atrevió a saludar al alcalde de Getafe. Horas después, Gallardón especificó que el PP pedirá en la próxima ejecutiva de la FEMP que Castro se vaya.

POLEMICA ZANJADA Si no lo hace voluntariamente, explican los populares, demandarán al PSOE que lo sustituya. No parece que eso vaya a ocurrir, ya que el responsable de los socialistas en Madrid, Tomás Gómez, ha dado la polémica por zanjada. No así el PP, que planea abandonar la federación si no logra su objetivo. Pero el principal partido de la oposición baraja dejar la FEMP desde hace semanas, como forma de enfrentarse al Gobierno por su supuesto abandono de la política local y de los ayuntamientos. Castro les ha ayudado a cuadrar el círculo.