Cataluña necesita serenidad y estabilidad políticas tras los estremecimientos de la legislatura recién concluida, la que alumbró el nuevo Estatut. Así lo diagnosticó ayer en Barcelona el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien emplazó a las fuerzas del inminente Govern de la Entesa (PSC, ERC e ICV), y por extensión a la oposición (CiU y PP), a abrir "una etapa de sosiego".

Zapatero fue el conferenciante de la 300 sesión de Tribuna Barcelona, el foro de opinión de El Periódico de Catalunya , y ofreció la "plena colaboración" de su Gobierno para que Cataluña acometa con éxito las cuatro prioridades que, a su juicio, deben guiar la acción del Ejecutivo catalán una vez aprobado el Estatut: sosegar la vida política, superar prejuicios en la relación con el resto de España, afrontar el cambio demográfico apostando por la convivencia y acelerar el potencial competitivo en innovación.

Zapatero elogió a José Montilla --que será investido presidente de la Generalitat esta semana--, a cuyo Gobierno se comprometió a dar apoyo, e insistió en tender la mano a CiU. El presidente aspira a obtener el apoyo de los nacionalistas en el Congreso, pese al fracaso al intentar que los socialistas catalanes permitieran al líder nacionalista Artur Mas entrar en el Gobierno catalán.