Para demostrar que el todo vale no va con ellos, el Gobierno español reaccionó ayer con serenidad a la andanada del PP. El presidente fue el primero en poner en práctica esa estrategia durante la comparecencia con la que cerró la cumbre de primavera de la UE en Bruselas, en la que el traslado a Euskadi de Iñaki de Juana Chaos acaparó el interés de los periodistas. José Luis Rodríguez Zapatero descartó revertir la medida penitenciaria como consecuencia de la marcha convocada por el PP para hoy.

El presidente aseguró que no caerá en los "insultos" ni en las "provocaciones" de los conservadores y pidió a sus dirigentes que tampoco lo hagan. El Gobierno confía en que el conocimiento de la política penitenciaria que practicó el PP haga que "la verdad se imponga".

El Gobierno está convencido de que, mostrando serenidad, hará llegar mejor sus mensajes a los ciudadanos. Y por contraste, estos percibirán que el Ejecutivo argumenta y que los "crispados son los del PP", según una fuente de la Moncloa. El presidente, según esas fuentes, confía en que la sociedad perciba que lo que el PP está haciendo es aprovechar una decisión tan controvertida como el traslado de De Juana para excitar las emociones de los ciudadanos y, a la postre, desgastar al Gobierno.

CALDERA, EN MERIDA El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, pidió anoche en Mérida al PP "que también vaya a las estaciones de Santa Eugenia, Atocha y El Pozo a poner flores por las 192 personas fallecidas en los atentados, y si tienen una pizca de humildad que también vayan a pedir perdón".

Caldera, ante la manifestación de hoy convocada por el PP, reiteró el "recuerdo y consideración a las víctimas".