Choque de trenes entre el poder judicial y el poder legislativo. El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Francisco José Hernando, se negó ayer a comparecer en el Congreso para explicar la excarcelación de etarras tras la polémica suscitada por la frustrada liberación de Henri Parot. La comparecencia había sido solicitada por el PSOE.

La crisis comenzó la pasada semana, cuando Hernando pidió a la Cámara que anulara su comparecencia, prevista ayer, por "inconstitucional". El presidente del Supremo explicó, entonces, que no podía dar explicaciones sobre la actividad de los jueces.

En la mañana de ayer, la Comisión de Justicia del Congreso ratificó su citación y envió un fax a Hernando en el que le pedía que acudiera a la Cámara. El Congreso aclaró al presidente del Supremo que reclamaba su presencia para "conocer y poner de manifiesto el normal funcionamiento de las instituciones".

LAS POSICIONES Pero Hernando se mantuvo en sus trece y remitió otro escrito al Congreso en el que alegó "la independencia del poder judicial" para plantar a la Cámara. También apeló a "la división de poderes".

Fuentes del CGPJ informaron de que los vocales progresistas del Consejo pidieron a su presidente que cumpliera el trámite por cortesía y para "flexibilizar" la situación. Esos vocales admitieron que la citación no era muy acertada. Pero Hernando se plantó tras ser convencido por los vocales de la mayoría conservadora.

La decisión de Hernando avivó el enfrentamiento entre el PP y el PSOE. El socialista Julio Villarubia cuestionó "el carácter de demócrata" del presidente del Supremo. "Es un señor que desprecia al Parlamento, que es lo mismo que decir que desprecia al pueblo español". También le acusó de ser "un ariete del PP". El popular Ignacio Astarloa acusó al Gobierno y al PSOE de "perseguir" a Hernando y de buscar un "enfrentamiento entre instituciones". IU, CiU y el PNV calificaron el plantón de Hernando como "un hecho institucional grave".