El primer día de la vista oral del ‘caso Nóos’ ha terminado este martes 9 de febrero sin sorpresas. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se han sentado una vez más en el banquillo de los acusados; el primer arrepentido, José Luis ‘Pepote’ Ballester, ha inculpado en su declaración al cuñado del Rey y al expresidente de Baleares Jaume Matas; y se ha confirmado la absolución de uno de los imputados, Miguel Tejeiro.

La expectación por la segunda sesión del juicio ha sido menor, pero esto no se ha traducido en una relajación de las normas de seguridad. La tanda de interrogatorios ha empezado con la declaración de 'Pepote' Ballester, exdirector general de deportes del Govern Balear y amigo personal de los que fueron Duques de Palma. Ballester fue el primero en alcanzar un acuerdo de colaboración con la Fiscalía Anticorrupción. Y así lo ha demostrado este martes en su declaración, que ha durado poco más de cinco horas. Ballester ha cargado contra Urdangarín y Matas, de quienes ha dicho que “coincidieron en muchas ocasiones sin mi presencia” y a los que ha culpado directamente de la red corrupta.

Según ha declarado, la contratación de Nóos por parte de la administración balear se hizo sin ningún tipo de concurso públicoprevio: “Teníamos la orden de contratar a la empresa de Urdangarin”. Ballester ha añadido que estas directrices venían del presidente Matas y que “cualquier decisión necesitaba su visto bueno”. Tanto es así, que el primer acusado en declarar ha asegurado que el exmandatario balear le llegó a decir "paga, mi preocupación es ganar las elecciones el domingo" en el Consolat de Mar, la sede del Govern Balear.

En cuanto a su implicación en la trama, ha dicho que “yo no era funcionario público, no era mi cometido revisar convenios y actas” y que “no era relevante para mí qué empresas llevaran a cabo los proyectos”. El expresidente balear ha seguido la intervención de Ballester con mucha atención, sentado justo detrás del acusado y tomando nota de sus afirmaciones.

Tal y como ha explicado el exdirector general, en 2009 inició las conversaciones para colaborar con la justicia y "esclarecer los hechos", a raíz de su detención por el 'caso Palma Arena', del cual deriva el proceso actual. Ante las preguntas del Fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, Ballester ha recordado que una leucemia que se le detectó en 2010 alentó el ritmo de la cooperación, aunque esta se ha mantenido, y que "saquear las arcas públicas nunca fue mi intención".

Gonzalo Bernal, exdirector de la Fundación Illesport y próximo acusado en declarar, ha sido otro de los señalados por 'Pepote' Ballester. Según él, Bernal se ocupaba de redactar las actas de reuniones nunca celebradas de la junta directiva "inexistente" de la entidad. Es precisamente a través de esta fundación que el gobierno autonómico contrató al Instituto Nóos para gestionar el patrocinio de un equipo ciclista (hasta entonces Banesto). Ballester ha confesado que la reunión donde se acordó este primer negocio con Urdangarín fue en el palacio Marivent de Palma, donde veranea la Familia Real, "después de un partido de pádel".

POCA EXPECTACIÓN POR LA INFANTA CRISTINA

A las 8.50 horas llegaban Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin a la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP) de Palma, a pocos metros de la prisión de Mallorca y donde se celebra el juicio por el ‘caso Nóos’. Una vez en la sala de vistas, donde esta vez no se ha permitido la entrada a medios gráficos, ambos se han sentado en la última fila de los acusados. Junto con los demás imputados, han escuchado atentamente las palabras de Ballester, que también acusaba a Urdangarin de haber reclamado pagos al Govern cuando ya no formaba parte del Instituto Nóos.

Justo un minuto después de la Infanta y Urdangarín ha entrado en el edificio Virginia López Negrete, la abogada de Manos Limpias, que es la única acusación que mantiene su solicitud de condena para la hermana del Rey. Negrete se ha mostrado satisfecha a su llegada por la decisión del tribunal de no aplicar la ‘doctrina Botín’ a Cristina de Borbón: “El 29 de enero fue un día muy importante para la justicia española. Gracias a Dios, una ciudadana como es la infanta está sentada aquí y siendo enjuiciada por un delito que presuntamente ha cometido”.

Un público formado por 11 personas (de 36 sillas disponibles) y 15 periodistas ha acudido al interrogatorio del primer acusado, dentro de la sala de vistas. Solo unas cuantas personas con banderas republicanas han recibido a los imputados fuera del edificio de la EBAP. La atención de los medios de comunicación también ha sido menor que en enero, cuando se establecieron las cuestiones previas y se produjo por primera vez la imagen de un miembro de la Familia Real sentado en el banquillo.