La base de los militares españoles en Diwaniya (zona central de Irak) recibió la noche del miércoles su bautismo de fuego. Las instalaciones fueron atacadas con granadas de mortero por elementos de la resistencia armada. Según informó ayer el Ministerio de Defensa, los agresores lanzaron 19 granadas de mortero, de las que sólo dos alcanzaron el perímetro de la base y una no llegó a estallar.

El ataque se produjo a las 21,15 horas del 20 de agosto. Los militares de la Brigada Plus Ultra oyeron las explosiones y activaron la alerta especial empuñando sus armas, calándose el casco, colocándose los chalecos antibalas y apagando las luces de los barracones. Las explosiones se sucedieron. Los atacantes dispararon 19 proyectiles, de los que tres no llegaron a explosionar. Dos granadas de mortero alcanzaron el extremo sur de la Base España, una no llegó a estallar y la que explosionó no causó desgracias personales ni daños materiales.

INSPECCION AL AMANECER

Al amanecer del jueves, batallones de reconocimiento españoles y norteamericanos inspeccionaron la zona para averiguar detalles sobre las explosiones y el origen del ataque. Los militares localizaron una posición de morteros desde la que previsiblemente se realizaron los disparos. El equipo de desactivación de explosivos inspeccionó cinco tubos que pudieron ser utilizados para lanzar las granadas.

Los atacantes se apostaron al sur del destacamento español, cerca de unos barracones situados en una encrucijada de carreteras no lejana de la base. El mando del contingente español comunicó a Defensa que tanto los morteros como la munición podían ser parte del material robado hace unos veinte días, antes de la llegada de los españoles, en un polvorín del antiguo ejército de Sadam.

El Ministerio de Defensa reconoció que los militares españoles todavía no se han hecho cargo de la seguridad de la zona perimetral de la base, que sigue en manos de las tropas norteamericanas. Está previsto que éstos abandonen definitivamente el enclave iraquí la próxima semana.

De momento, españoles y norteamericanos siguen realizando patrullas conjuntamente, a pie y en vehículos militares en la ciudad. Dentro de las actividades encaminadas a asumir la responsabilidad de la zona, la unidad de helicópteros ha realizado vuelos de reconocimiento y adiestramiento en Diwaniya y Nayaf.

Ayer llegó a la base española el último destacamento del escalón principal de la brigada, con lo que se completaron los 1.300 efectivos. Paralelamente, 231 soldados hondureños salieron de Zaragoza hacia Kuwait para comenzar a incorporarse a la misión junto a los restantes 800 centroamericanos a lo largo de la próxima semana.

VISITAS DE ACEPTACION

La comisión cívico-militar de la Brigada Plus Ultra prosigue con los contactos para lograr la aceptación de la población civil iraquí en esta zona. Ayer visitaron una residencia de ancianos y un orfanato en la ciudad para conocer las necesidades y estudiar la forma de paliar las carencias provocadas por la guerra, la dictadura y las sanciones. También se han entrevistado con el director de la cámara de comercio y el vicegobernador de asuntos tribales de Diwaniya.