El príncipe Felipe inauguró ayer en Moscú el monumento a los voluntarios españoles que fallecieron en la segunda guerra mundial luchando en el Ejército Rojo contra la invasión nazi de la Unión Soviética.

La obra, en forma de una capilla, fue erigida en el parque de la Victoria, un complejo memorial a las víctimas de la Gran Guerra Patria , muy concurrido por los moscovitas. En la ceremonia, a la que asistieron un centenar de personas --entre ellos los niños de la guerra , sus familiares y veteranos de la guerra--, participó la guardia de honor del Kremlin.

Aunque el Príncipe se refirió a la obra como a un "emocionado recuerdo a todos los españoles" que sufrieron "las terribles consecuencias de la segunda guerra mundial", tanto las autoridades rusas como los niños de la guerra dejaron claro que se trata de un monumento a los que entregaron su vida por la "patria soviética". Según datos oficiales, 215 españoles fallecieron en el frente soviético entre 1941 y 1945, entre ellos el hijo de Dolores Ibárruri, Pasionaria . Más de 280 españoles que trabajaron en las fábricas de la industria militar soviética también murieron.

El monumento ha sido diseñado por Antonio Mijé, también niño de la guerra , y sufragado por el Ministerio de Cultura español y por el Ayuntamiento de Moscú. Está pendiente el proyecto de levantar un monumento a los 5.000 españoles de la División Azul muertos en Leningrado en las filas nazis.