Cientos de personas participaron ayer en Arrasate (Guipúzcoa) en una concentración en la que solo faltó Batasuna, para denunciar los actos de violencia callejera que sufrió la localidad en la noche de Reyes. El incendio de una sucursal de La Caixa obligó a desalojar a 50 vecinos, uno de los cuales, un anciano de 79 años, permanece ingresado en la uci por la inhalación de humo. El acto de protesta se desarrolló en silencio, únicamente roto por los aplausos finales.

El alcalde de Arrasate, el peneuvista Ignacio Lacunza, destacó la ausencia de lemas porque "hablando parece que no somos capaces de hacer las cosas". A. U.