El PSC ha resistido en su campaña anómala. No solo porque haya durado (al menos formalmente) solo una semana y porque las movilizaciones contra la sentencia del procés lo hayan salpicado todo. Sino también porque no ha podido contar con su cabeza de lista, Meritxell Batet, ausente durante toda la campaña por problemas de salud. En este contexto tan enrarecido los socialistas han conseguido repetir los 12 diputados cosechados en abril y situarse a tan solo uno de ERC, que ha repetido victoria.

Resultados mejorados para el PPC, a la par que discretos y esperados. La formación ganó un escaño respecto a los comicios del 28 de abril. Pero es que el saldo de hace siete meses fue el peor de su historia, y a partir de ahí casi que solo podía crecer. Lo contrario hubiera significado la desaparición del partido en Cataluña. Dos escaños fue la cosecha final de la formación: el de la flamante número uno por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. De manera que el partido capitalizó poco el descalabro sufrido por Ciudadanos, que perdió 3 de los 5 escaños que tenía.

La ultraderecha de Vox logró una representación en dos escaños para el Congreso. La formación conservadora se convierte así en el segundo partido más votado de la derecha constitucionalista.