La propuesta del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, de formar de inmediato una mesa de partidos con EHAK es rechazada por el PSE y el PP. Los socialistas consideran que EHAK no tiene cabida en mesa alguna porque sigue justificando la violencia etarra. Y los conservadores estiman que Urkullu demuestra con sus palabras que comparte las tesis más radicales de su partido.

En una entrevista en el diario El Mundo , Urkullu afirmó que desea dar a Batasuna "una oportunidad de no someterse a ETA". Apenas una semana después de ser elegido presidente del PNV y a los pocos días del asesinato de dos guardias civiles en Francia, subrayó: "Con ellos Batasuna hay todo un mundo por construir, siempre y cuando se disocien del terror". Y añadió un matiz novedoso: cree que se dan las condiciones para crear una mesa de partidos "sin exclusiones" en el Parlamento vasco, con la presencia de EHAK, para tratar sobre normalización política.

El objetivo de la propuesta de Urkullu sería doble: favorecer que Batasuna rompa amarras con ETA y sumar voluntades para alcanzar un acuerdo sobre el ejercicio del derecho a decidir.

El portavoz de la ejecutiva del PSE, Rodolfo Ares, mostró a las pocas horas sus discrepancias con Urkullu. Tras afirmar que no se dan las circunstancias para poder constituir una mesa de partidos con EHAK, reiteró que ni esta formación ni ANV han condenado los atentados etarras ni han mostrado autonomía en su estrategia política.

Ares apeló al discurso oficial de su formación para defender que EHAK "puede ser una formación legal, pero cada vez tiene menos legitimidad democrática", por lo que recriminó a Urkullu que ignore esta situación pocos días después del atentado en Capbreton (Francia).

El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, acusó a Iñigo Urkullu de decantarse "con claridad" por el sector de su partido "más independentista y más alejado de una sociedad vasca plural y moderna". Barreda consideró probado que el nuevo líder peneuvista está "en manos" de los más radicales de su partido, y justificó sus palabras en un intento de ganarse al electorado nacionalista más soberanista.

Los populares criticaron con dureza a Urkullu por estimar que se ha convertido en responsable de un partido "endogámico", que únicamente piensa en clave nacionalista.

APOYO DE EA Por su parte, Eusko Alkartasuna mostró su sintonía con el discurso de Urkullu. En otra entrevista publicada ayer, el secretario general de EA, Unai Ziarreta, consideró que la izquierda aberzale debe renunciar "sin demora" a la violencia como forma de defender sus intereses. Ziarreta, uno de los candidatos a presidir EA, juzgó contradictorio que se exija al mundo de Batasuna que apuesta solo por las vías políticas y al mismo tiempo se ilegalicen todas sus formaciones.