El expresidente del Gobierno José María Aznar ocupará hoy el sillón de los interrogados por la comisión investigadora de la masacre del 11 de marzo para dar cuenta de lo que pasó. El PSOE incidirá en la imprevisión con la que actuó el anterior Gobierno y el PP se esforzará en defender su gestión. Los demás grupos han concertado las preguntas para evitar repetirse y que Aznar imponga su discurso. El formato juega a favor del expresidente, que abre y cierra la sesión.

A los socialistas ya no les importa tanto saber si Aznar mintió al atribuir la autoría del atentado a ETA o si ordenó a su ministro del Interior, Angel Acebes, ocultar los indicios que desde primera hora de la tarde del 11-M apuntaban a los islamistas para obtener rédito electoral. Los ciudadanos hablaron en las urnas el 14 de marzo y dieron el triunfo al PSOE. "Si no mintieron entonces, no se entiende el prolongado empeño de los responsables del PP en relacionar a ETA con la masacre", dice un comisionado socialista.

SEÑALES VISIBLES "Lo que esperamos de Aznar es que colabore con la comisión para analizar y subsanar los fallos que se produjeron y que convirtieron en inevitables los atentados", afirma el portavoz parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. Para ello, el PSOE intentará que explique las medidas que adoptó para prevenir la amenaza de Al Qaeda, sobre todo tras su decisión de patrocinar la guerra contra Irak junto a George Bush y Tony Blair. El atentado contra la Casa de España en Casablanca (Marruecos) y el comunicado de Bin Laden, de octubre del 2003, señalando a España y otros países cuyos gobiernos enviaron militares a Irak fueron las señales más visibles de la amenaza.

El portavoz socialista en la comisión, Alvaro Cuesta, buscará un tono alejado de la descalificación: "Yo creo que quien era presidente del Gobierno tenía toda la información y puede darnos la versión más autorizada de lo que falló y sobre qué información tenía con anterioridad, quiénes cometieron los atentados, qué decisiones adoptó y por qué actuó de un modo determinado y no de otro; su testimonio será fundamental".

Cuesta es consciente del inconveniente de preguntar en último lugar y de la ventaja mediática de Aznar. Prevé que el expresidente intentará marcar el terreno de juego con su exposición inicial y procurará que las preguntas de los portavoces giren en torno a la misma. Además, aprovechará el primer turno de preguntas de su exministro y actual portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, para realizar cinco o seis discursos adicionales.

TEMOR Los populares han sustituido a su portavoz en la comisión, Jaime Ignacio del Burgo, por Zaplana, por entender que su sintonía con Aznar jugará a favor de éste. Los socialistas evaluaron si era conveniente sustituir a Cuesta por Rubalcaba, aunque lo desestimaron para evitar, según dijeron, dar mayor relevancia a Aznar. En todo caso, el principal temor de los socialistas es que Aznar intente deslegitimar el resultado electoral del 14-M apelando a la comparecencia de Rubalcaba en televisión y a las manifestaciones que se registraron durante la tarde y noche del 13 de marzo, día de reflexión, exigiendo la verdad de la autoría de los atentados.

Tras el interrogatorio a cargo de Zaplana llegará el turno de los grupos minoritarios. Los portavoces de CiU, ERC, PNV, IU-ICV y Grupo Mixto han coordinado sus preguntas para evitar repeticiones. Aunque todos guardan reserva sobre la línea a seguir, Jordi Jané (CiU) incidirá en la descoordinación policial, reconocida por el exsecretario de Estado de Seguridad Ignacio Astarloa en su comparecencia.

Joan Puig y Agustí Cerd (ERC) se interesarán por el uso de los datos del Centro Nacional de Inteligencia para atacar al líder de su partido, Josep Lluís Carod-Rovira, a raíz de su entrevista con ETA. Emilio Olabarría y Margarita Uría (PNV) preguntarán a Aznar si tenía un interés electoral para hacer creer a los españoles que la masacre era de ETA.

Gaspar Llamazares (IU-ICV) preguntará por qué no se adoptaron medidas de protección de los transportes públicos tras los atentados. El despliegue del Ejército en las vías férreas sólo llegó después de que los islamistas intentaran dos ataques sucesivos contra el AVE Madrid-Sevilla y Madrid-Lleida.

GOLPE DE EFECTO Todos reprocharán al expresidente su gestión personalista de la crisis y la falta de información a las fuerzas parlamentarias. El PSOE y los grupos minoritarios acuden a la sesión con la idea de que Aznar intentará un golpe de efecto.