Un acto del PP presidido por unos cardenales". Así definió el secretario de organización del PSOE, José Blanco, la concentración del domingo que bajo el lema Por la familia cristiana logró reunir a centenares de miles de personas en Madrid con el objetivo de criticar algunas de las principales leyes impulsadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo la que reconoce el matrimonio gay y la del divorcio exprés. El PSOE pide a la Iglesia que rectifique las afirmaciones que destacados representantes de su cúpula formularon en el acto.

Entre las declaraciones más contundentes, y que más han molestado a los socialistas, está la pronunciada por el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien afirmó que el ordenamiento jurídico está dando marcha atrás respecto a lo que la Declaración de los Derechos Humanos "reconocía y establecía: que la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado". Blanco, que se definió como cristiano, consideró que las palabras de Rouco son de "extrema gravedad" y reclamó a la Iglesia que rectifique estas palabras.

En declaraciones a Onda Cero, el dirigente socialista acusó a la jerarquía eclesiástica de estar moviéndose por intereses políticos y de querer entrometerse en la campaña electoral. "Si quieren hacer política están en su derecho, pero lo que tienen que hacer es presentarse a las elecciones", criticó.

MIEDO A PERDER VOTOS Los socialistas ven una clara coincidencia entre el discurso del PP y el de arzobispos como el de Madrid y el de Valencia, Agustín García-Gasco, quien acusó a Zapatero de poner en riesgo la democracia. El secretario de organización del PSOE ironizó asegurando que si los principales dirigentes populares no estuvieron en la concentración fue solo por el miedo a perder votos moderados. "A Rajoy y Acebes les hubiera gustado estar de la mano de Rouco y otros cardenales pero entendían que esa imagen no les convenía para la campaña electoral", concluyó.

En la misma línea, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, aseguró que "de la mano de su jerarquía eclesiástica y de la derecha más reaccionaria, el nacionalcatolicismo ha entrado en campaña". Bermejo exigió a los obispos que en vez de atacar al Gobierno se dediquen a poner orden en su casa.