El PSOE considera que la sentencia de los ERE no afectará ni a la autoridad de Pedro Sánchez ni a las negociaciones de investidura. Los socialistas insisten en que los hechos ocurrieron entre el 2001 y el 2009, cuando el actual secretario general era un perfecto desconocido, sin ningún puesto de relevancia, y al mismo tiempo subrayan que fue Sánchez quien apartó de la política al expresidente de la Junta José Antonio Griñán, condenado a seis años de cárcel por malversación y prevaricación, y a su antecesor, Manuel Chaves, inhabilitado durante nueve años por prevaricación.

El ambiente, sin embargo, es muy distinto en el socialismo andaluz, todavía traumatizado después de que el pasado diciembre se viera forzado a dejar el poder tras 37 años de ejercicio ininterrumpido. El fallo, que pone en entredicho toda una era, dificulta todavía más su recuperación.

MEDIDAS CONTUNDENTES / Frente a las exigencias del Partido Popular de que el presidente en funciones tiene que asumir sus responsabilidades (Cs llegó a pedir su dimisión), el PSOE presumió ayer de haber tomado en su día medidas contundentes. Griñán y Chaves, recordó el secretario de Organización y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, «dejaron sus escaños en el 2013», al poco de llegar Sánchez al liderazgo del partido, y la «militancia socialista cuando se enfrentaron al juicio oral». Al mismo tiempo, continuó el número tres de los socialistas, las conductas investigadas ocurrieron en una etapa en la que Pedro Sánchez «a lo más que llegó a ser fue concejal en la oposición del Ayuntamiento de Madrid».

«Estos son hechos muy ajenos al Gobierno actual -señaló Ábalos-. Al Gobierno le podría ocupar cuestiones que le afecten directamente. Estamos hablando de hechos que ocurrieron cuando este Gobierno y esta dirección política no estaban. Lo que se nos puede imputar es haber actuado para depurar responsabilidades políticas».

Los socialistas se esforzarán en los próximos días en resaltar las diferencias entre el caso ERE y el caso Gürtel, que motivó la moción de censura que hace año y medio echó a Mariano Rajoy de la Moncloa y convirtió a Sánchez en presidente. Ábalos hizo hincapié en que en el primero no hubo financiación ilegal del partido ni enriquecimiento ilícito de los dirigentes condenados, y que el PSOE «nunca trató de ocultar el caso, ni arremetió contra los jueces, ni intentó comprar el silencio de los inculpados, como sí hizo el PP de Rajoy, sino todo lo contrario».

AUSENCIA DE LUCRO / «A diferencia del PP en el caso Gürtel, en el que sí fue condenado el partido por lucrarse con la trama, el PSOE de Andalucía no ha sido nunca ni siquiera investigado. Es decir, no es un caso del PSOE, sino de antiguos responsables públicos de la Junta», concluyó el secretario de Organización, descartando que esta sentencia, que definió como «muy dura», pueda «afectar» a la capacidad del presidente en funciones Pedro Sánchez para alcanzar un acuerdo de investidura que permita su reelección como jefe del Ejecutivo.

La tranquilidad de la dirección del PSOE contrastó con la atmósfera en el socialismo andaluz. Nadie esperaba una sentencia tan demoledora, ni en Madrid ni en Sevilla, pero la federación de Susana Díaz transmitió desolación. Primero, porque Griñán y Chaves fueron los antecesores de Díaz. Y después, porque el fallo tendrá efectos sobre su necesidad de alzar el vuelo tras el batacazo electoral del pasado diciembre, cuando el PP alcanzó la Junta gracias a un pacto con Cs y Vox.

En una declaración sin preguntas, el secretario de Organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo, defendió la «honradez» de los expresidentes autonómicos y también resaltó que los hechos «ocurrieron hace bastantes años».