El PSOE nunca vio con buenos ojos la reedición del tripartito en el 2006. Los socios del PSC --en especial ERC-- eran, según el partido de José Luis Rodríguez Zapatero, demasiado indisciplinados, demasiado radicales, demasiado independentistas. Así que ahora que la fórmula se ha agotado tras el peor resultado que jamás han cosechado los socialistas catalanes, el PSOE busca consuelo en algo que ya no es y en algo que esperan que sea: la criatura que les causó tantos desvelos ha muerto, y el hecho de que vaya a tomar el relevo CiU, con su trayectoria de pactos en Madrid, puede conllevar un nuevo apoyo a las iniciativas económicas del Ejecutivo.

No es que necesite los votos de la federación nacionalista para sacar adelante las reformas. Gracias al pacto rubricado con el PNV y Coalición Canaria, Zapatero cuenta ahora con una mayoría suficiente para agotar la legislatura. Pero las medidas proyectadas, si son también defendidas por CiU, dotarán al Gobierno de una estabilidad aún mayor.

CUESTIONES IDENTITARIAS Fuentes de la ejecutiva del PSOE sostenían ayer que, antes de que la crisis lo transformara todo, el mayor desgaste del jefe del Ejecutivo provenía de Cataluña: por el Estatut y el tripartito. El presidente de Andalucía, José Antonio Griñán, por ejemplo, dijo que los resultados del domingo había que entenderlos "como un castigo a la política del tripartito, muy errática". La misma tesis fue desarrollada en la reunión de la comisión permanente del PSOE, según varios asistentes al encuentro celebrado ayer. "El PSC no ha sabido ocupar el papel que le corresponde. Se ha volcado demasiado en cuestiones identitarias. Cuando aparcó estos temas, al inicio de la campaña, ya era tarde", opinó un miembro de la ejecutiva.

"Muchos de nuestros votantes se quedaron en casa porque no les gustó la fórmula de gobierno --señaló tras la permanente el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias--. En ese Gobierno cada uno tenía su voz, y los ciudadanos, en momentos de dificultades como el actual, quieren gobiernos sólidos".

La crisis y el debate identitario son los otros motivos que explican por qué los socialistas catalanes han sido derrotados de forma tan contundente. "El resultado ha sido malísimo", reconocían ayer en el cuartel general del PSOE. De hecho, ha sido todavía peor del que temían. Pero lo ocurrido en las catalanas no tiene por qué trasladarse, en su opinión, al resto de los comicios. Las autonómicas, concluyó Iglesias, no pueden ser consideradas unas "primarias" de próximas elecciones. Habrá que ver.