El PSOE ha convocado por SMS a todos sus diputados para que mañana no falten al pleno del Congreso que tiene que convalidar el decreto ley con las medidas de ajuste para reducir el déficit, considerado por los socialistas como el más trascendente de los seis años de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Conscientes de lo apretado que se espera el resultado --169 votos a favor y 168 en contra, siempre que CiU se abstenga--, los socialistas no quieren sorpresas en la sesión de mañana: ni ausencias ni equivocaciones, es la consigna.

Fuentes socialistas han confirmado a Efe que todos los diputados han recibido un mensaje de texto recordándoles la cita de mañana, que comenzará a las nueve de la mañana con la defensa del decreto ley por parte de la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, y la posterior intervención de todos los grupos para fijar postura.

LOS 169 ESCAÑOS SOCIALISTAS

Ya han avanzado su posición la práctica totalidad de los partidos, excepto CiU, cuyo voto será determinante para que vea la luz verde el decreto ley, que prevé la congelación de las pensiones en 2011 y la bajada del salario de los funcionarios en un 5% de media.

PP, PNV, ERC-IU-ICV, BNG, Na-Bai y UpyD han confirmado su voto en contra, lo que suma 168 diputados, solo uno menos que los 169 escaños que tiene el PSOE. De ahí que la abstención de CiU sea determinante para la aprobación del decreto y no opte finalmente por sumar sus votos a las fuerzas que se van a oponer.

EL VOTO DE CiU, CLAVE

En el grupo socialista están convencidos de que los nacionalistas catalanes harán "gala de su sentido de Estado" y, como "mal menor", se decantarán por la abstención para no obstaculizar la convalidación.

Según el PSOE, además de las dos sesiones de investidura a las que se ha sometido Zapatero, la de mañana será la votación más importante de sus seis años de mandato, dadas las consecuencias adversas que podría tener el rechazo por parte del Congreso de ese decreto ley.

Unas consecuencias que, de acuerdo con las fuentes, repercutirían "gravemente" en la economía española y en la europea, habida cuenta del mensaje negativo que se lanzaría. Tanto es así, que Zapatero y Salgado se han involucrado personalmente en las últimas horas para tratar de convencer a CiU de que, si no vota a favor, al menos se abstenga.