El PSOE no quiere hacer demasiada alharaca con la crisis que vive el PP. El anuncio de la marcha de Angel Acebes apenas ha merecido comentarios extraoficiales por parte de portavoces socialistas. El partido que lidera José Luis Rodríguez Zapatero considera, por razones estratégicas, que no le conviene exhibir interés por los avatares del partido rival.

Los socialistas dicen no temer el efecto del cambio de caras y la pretendida renovación en el PP. En su opinión, dicha renovación llega "demasiado tarde" y queda "neutralizada" con la continuidad de Mariano Rajoy al frente de los conservadores. Los estrategas del PSOE prevén que Rajoy será reelegido presidente del PP en el congreso de junio y que ello, en lugar de cerrar la crisis del partido, no hará más que exacerbarla y postergarla hasta la víspera de las generales del 2012.

En la sede del PSOE se ironiza con que, gracias a las luchas intestinas en el PP, el nuevo Gobierno está disfrutando de los preceptivos cien días de gracia, en contraste con lo ocurrido tras los comicios del 2004. Los socialistas están teniendo más margen de maniobra para capear los problemas derivados de la economía o la financiación autonómica.